Opinión

Los gobernantes frente al poder

Los gobernantes frente al poder

Por: Edgardo Ramírez Polanía


El Estado se justifica mientras esté a disposición de la persona humana y su poder legítimo preferiblemente basado en la democracia, se encuentre bien ejercido para que se respeten los derechos fundamentales y el Estado de Derecho. De nada sirven nuestras democracias formales, si éstas no están fundamentadas en garantizar el territorio y bienestar de la sociedad.  

Podemos decir, incluso que el análisis del poder no se remite a la conformación y funcionamiento tripartito a que se refirieron Montesquieu y Locke sobre su ejercicio, sino también a los factores que influyen en su adquisición y conservación.  Por eso,  Baltasar Gracián dijo : “Se gastan muchos estudios conociendo las propiedades de las hierbas. !Cuanto más importaría conocer la de los hombres con quienes se ha de vivir o morir!” El nuevo gobernante, tendrá que estudiar constantemente su poder frente a sus amigos rebeldes que torpedean su gobierno con afirmaciones fuera de lugar y la de sus opositores, como de sus  enemigos vecinos que en Colombia ya no tenemos.

El presidente Petro ha sido objeto de toda clase de críticas por sus decisiones frente a la conformación de su gobierno, el manejo de los hidrocarburos, la paz total y los asuntos económicos para el desarrollo de sus promesas de gobierno. Se le nota energía, resolución, talento, valor y si se quiere terquedad para imponer sus aspiraciones de gobierno, pero es criticado por todo lo que hace, como si la perfección de un Estado desbarajustado, se pueda organizar en un año o un período de gobierno.

Uno de los temas más criticados ha sido aquel que otorga libertad a los que protestaron en la llamada “primera línea”, dizque porque son   delitos comunes y no políticos, según la opinión del Fiscal Barbosa que fue impuesto por el anterior gobierno que puso en marcha hacer “trizas la paz”. No se ha tenido en cuenta que cuando se trata de buscar la paz, se salva lo más preciado que es la vida. No debemos seguir siendo los enterradores de generaciones que han muerto sin conocer el mundo.

Se debe hacer una amnistía con los procedimientos de legales como se ha hecho en otras ocasiones no “para pescar de noche” sino simplemente para dormir tranquilos, trabajar y caminar en las calles.

Colombia, que ha vivido en medio de la guerra durante largos periodos desde la independencia, y en la República. Hasta hoy, se han dado numerosas amnistías, la de Antonio Nariño a Santander. En junio de 1944, se dio en Pasto el golpe contra López Pumarejo y sus autores fueron amnistiados. El general, Gustavo Rojas Pinilla, para poder llegar a una paz social, en 1953, tuvo que enfrentar la situación de guerrillas liberales y de bandidos o pájaros del Valle y  promover la amnistía que incluyó a los grupos armados de los Llanos Orientales los más numerosos, al mando de Guadalupe Salcedo que fue asesinado después de la amnistía, también en Antioquia, Santander, Huila y Cundinamarca que habían formado esos grupos por la persecución conservadora. Lleras Restrepo, con el decreto 2090 de 1967 perdonó los delitos cometidos en la Universidad Nacional de Bogotá entre 1966 y 1967, tanto por estudiantes como por la fuerza pública. Julio César Turbay Ayala, con la ley 37, otorgó perdón a los delitos de rebelión, asonada y sedición del M-19, a raíz de la toma por este grupo de la embajada de República Dominicana. Misael Pastrana le otorgó amnistía a los sindicalistas de la Unión Sindical Obrera que habían tomado las instalaciones de Ecopetrol en 1971. Belisario Betancur quiso promover una política de paz con la ley 35 de 1982,  promulgó la amnistía general.

Pero durante su gobierno ocurrió la toma del Palacio de Justicia por el M-19 y la eliminación de parte de los miembros de la Unión patriótica, llevando al fracaso el proyecto de paz, y dejando una estela de licor y muerte durante su gobierno. Juan Manuel Santos quiso apostar a la paz y lograr la desmovilización de la guerrilla más antigua de América Latina, las Farc, con más de medio siglo de presencia en el territorio nacional.

Con los acuerdos de la Habana en 2016 que implicaban transformaciones en la sociedad colombiana, especialmente en el tema agrario, fue perdonada la guerrilla que pudo entrar a la vida civil y con un partido político y curules en el Congreso quienes han cumplido, provocando la reacción negativa del anterior gobierno de Duque quien aplicó los recursos del proceso de paz a finalidades distintas. Pero se logró parcialmente su eficacia porque  su gobierno fue un foco de corrupción y despilfarro.

De esta manera, la mayoría de los gobernantes han querido en los últimos tiempos buscar la paz, y han tenido al experto Álvaro Leyva Durán, como asesor para implantarla, y que actualmente podría ser posible porque es un programa fundamental para el país. Este ánimo ha resultado difícil por los amigos de la guerra y contrariado por grupos de opinión y algunos alzados en armas y es allí donde el gobiernos debe tener cuidado para no caer atrapados en la maraña de dificultades que los acosan diariamente. 

A los pocos meses de estar frente al poder, el gobernante recapacita cuán difícil es el ejercicio de la actividad en la que se ha enfrascado en esa finalidad política por excelencia. Indudablemente, el poder es un concepto muy amplio. Sin embargo, el poder ejercido por el gobernante sobre el gobernado constituye la relación de poder por excelencia, que algunos gobernantes aplican a la luz del libro “Las leyes del poder” del autor Robert Greene, que ilustra de manera clara el poder de los gobernantes desde hace tres mil años de historia, sintetizando el pensamiento de los más importantes teóricos y estrategas de la humanidad. No obstante conforme al creador del programa estratégico situacional  en Harvard Carlos Matus, en su libro “Adiós señor Presidente”, no existe mayor engañado de la realidad social que un Presidente. 

El poder es efímero y contingente. Mientras que el yo es permanente mientras vivamos. Son dos contingencias con diferentes alternativas. Y el mundo gira siempre igual, inmenso, inmutable y ante todo presente y realista. Esperaremos que la paz sea un hecho real para que el Presidente Petro como gobernante pueda cumplir sus planes de iniciar la sustitución de hidrocarburos por energías limpias y lograr el progreso y la paz, como  los logros más importantes de su  propuesta de gobierno para una sociedad que cada día cambia a pasos agigantados en el presente siglo.

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