Por Humberto Leyton

Al caer en el primer hueco, el taxista recordó que la ciudad está gobernada por una integrante del clan Hurtado caracterizado por mentir y engañar, y que su representante en la Alcaldía de Ibagué, también tiene la particularidad de disfrazarse para cada evento que realiza.

“Ya no sabemos si es la Mujer Maravilla, la Baticueva, la Escobita barriendo las calles, la Bombera apagando incendios, la que tiene la escafandra de fumigadora, La Mujer Peluda del circo de las Maravillas, y ahora en temporada de Navidad de señora Claus, de Elfos, duende o de princesa de cascanueces”, dijo el taxista, y agregó: “El objetivo es hacer una payasada y lograr engañar a unos cuántos  incautos que le comen cuento a la Tic-Toker o YouTube que tenemos como alcaldesa”.

Luego en la conversación entre el centro de la ciudad y el barrio El Jordán, el taxista reveló que en uno de los eventos que organizó la alcaldía en los distintos barrios de la ciudad, él asistió a acompañar a una de sus hijas pequeñas, a quien habían invitado con el cuento que les iba a dar regalos a todos los niños que asistieran. “La alcaldesa tardó en llegar como dos horas después de la hora fijada, se echó un discurso veintejuliero, se disfrazó como cinco veces de personajes distintos navideños durante el tiempo que permaneció y, al final, solo repartió unos pocos regalos, entre ellos a dos niños especiales y algunos otros niños se quedaron esperando”.

La reseña que hizo el taxista el pasado 25 de diciembre, es la fotografía exacta de lo que está sucediendo en la administración municipal. “Se convocó a una cantidad de niños y padres que los acompañaban, bajo la promesa de regalos para todos, y escasamente repartieron dos para dos niños especiales”, repitió el taxista. 

El conductor que dijo llamarse Marcos Rodríguez Ochoa, resumió en este festival de disfraces de la alcaldesa Johana Aranda, y en las engañosas convocatorias a los niños a recibir regalos, algo que es común tanto en su patrón Andrés Hurtado: la mentira, el sofisma y el engaño. El taxista la definió como veintejuliero, que según la expresión colombiana significa, entre otras cosas, lo engañoso, inflado, rimbómbate, grandilocuente, exagerado, propio de los politiqueros como Hurtado y Aranda, que no van más allá de practicar el arte del engaño, como un método de lenguaje donde remplazan las realidades con el discurso sin contenido serio, con frases vanas y embaucadoras.

Este fue el aguilando que les dio la alcaldesa Aranda, a los niños de los barrios de Ibagué. La costosa parafernalia publicitaria montada en los recorridos de Navidad de esta funcionaria por los barrios de Ibagué, fue otro descreste de calentanos, no paso de ser una campaña politiquera acompañada de disfraces de una persona carente de conocimientos para gobernar, incapaz de sacar a Ibagué de la situación de postración en que se encuentra, que solo sabe reír y reír en los ya fastidiosos videos de Tic-Toker o Yo-Turbe.