Opinión
La segunda vuelta será de la Colombia multicolor y diversa contra la maquinaria política
Por: Humberto Leyton
Las diversas fuerzas políticas han comenzado a tomar definiciones para apoyar a Iván Duque del Centro Democrático o Gustavo Petro de la Colombia Humana, en la segunda vuelta presidencial que se realizará este 17 de junio.
Como se sabe, las diferencias programáticas de estos candidatos son diferentes y qué decir de las ideológicas. Ellos representan intereses opuestos de los ciudadanos colombianos tanto en lo económico, político, social y cultural y una forma distinta de concebir los cambios que necesita el país.
Pese a que algunos dicen que esta segunda vuelta polarizará aún más la disputa política, hay que quienes sostienen lo contrario. Y, de hecho, tanto Duque como Petro, desde los discursos en la noche del domingo y hasta el momento, han sido mesurados y ponderados en sus palabras con el fin de no atizar el fuego y dejar heridas incurables. Se nota que la segunda vuelta se desarrolla en la discusión y mejoramiento de los programas de gobierno, en los ajustes necesarios tanto del uno como del otro, sin que esto quiera decir que la compaña se convierta en una fiesta rosa, sin debates, confrontaciones y discusiones ardientes como deben ser las campañas políticas, desde el punto de vista ideológico, programático y de la concepción misma de los cambios y de la forma como estos se deben realizar. Esto no es polarización sino el enfrentamiento lógico de ideas y propuestas en un sistema llamado democrático como dicen que es el nuestro.
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Este marco, sería el ideal para continuar la campaña, pero no somos tan inocentes para creer que el debate en el que nos encontramos inmersos es una piñata infantil o una congregación de monjas de la caridad, cuando se sabe que de por medio está en juego el poder político y económico que durante 200 años han detectado los mismos de siempre, utilizando diversas formas, colores y sabores para mantener el andamiaje de gobiernos excluyentes e indolentes con las necesidades del pueblo.
De hecho, ya la maquinaria política corrupta que ha gobernado al país en estos dos siglos se alinderó al lado de Iván Duque; allí llegaron rápidamente los jefes conservadores, los de Cambio Radial (Germán Vargas Lleras), la U y el vergonzoso expresidente César Gaviria, director del raquítico partido liberal y principal responsable de la derrota de Humberto De La Calle.
El candidato del Centro Democrático (CD), en estas condiciones representa lo más reaccionario, anacrónico y podrido del establecimiento colombiano. Duque encarna desde la caverna de la inquisición con Alejandro Ordoñez, la homofobia de Vivian Morales y la indignidad de Gaviria, quien entregó su partido por un puesto de su hijo Simón. ! Bienvenidos al futuro ¡
En la otra orilla se encuentran los movimientos alternativos que buscan el cambio y un nuevo futuro. Entre ellos se encuentran: la Colombia Humana de Petro, los Verdes, Compromiso Ciudadano de Sergio Fajardo, el Polo, las bases y dirigencia liberal de distintos departamentos como también algunos congresistas de ese partido que no se entregarán a Gaviria; es decir, están los de la otra Colombia, la multicolor, diversa y profunda. Aquí figuran los que nunca han gobernado, los marginados y excluidos de siempre.
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La segunda vuelta será la confrontación entre estas dos Colombias. No será entre derecha e izquierda, será entre la plutocracia cobijada en los rescoldos de los agonizantes partidos tradicionales y la nueva alameda que se abre en busca de una nación diferente, más justa e incluyente.
En las elecciones del 17 de junio, se decide entre el futuro y el pasado. Ese es el dilema y cada ciudadano es libre de escoger el equipo para jugar este partido.
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