Para nadie es un secreto que esta segunda vuelta estará envuelta de un mayor apasionamiento y fanatismo entre los adeptos a una y otra campaña que endurecerán sus posiciones, en especial en redes sociales, lugar preferido para hacer valer su opinión. Inicia un nuevo discurso donde se votará por el antagonismo. Se vota en contra de Petro o en contra de Uribe.

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Desde tiempo atrás decíamos que la segunda vuelta sería entre la izquierda y la derecha del país; otros dirán entre el sí y el no por la paz. Entre quienes llenan las plazas o no. Lo único cierto es que las tendencias se dieron y a partir de hoy se vivirá una nueva campaña donde lo mismo que hemos presenciado desde finales del año anterior como son los apasionamientos de la ciudadanía que han hecho inclusive que muchas amistades se pierdan por ese fanatismo, que se traduce en comentar con pasión y no con razón.

Ahora empiezan la etapa de alianzas donde las ideas no son las importantes, lo trascendental es entre quienes aman a Uribe o lo odian; entre quienes aman a Petro o lo odian. En el manejo de las redes sociales de manera estratégica mostrando las debilidades del contendor con personajes populares que se conviertan en influenciadores.

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Esta muy temprano para decir qué van a hacer los que votaron por Sergio Fajardo o Germán Vargas Lleras, el primero victorioso pero con muchos de sus votantes no endosantes, y  el segundo requemado, pero valioso en estos momentos, porque esos votos de Cambio Radical que suman más de un millón 400 mil votos sí son endosables, porque hacen parte de la maquinaria, serán decisivos para lo que se viene.

La gran enseñanza está en que los votos para esta última ronda no serán endosables, per se a que los senadores ahora tienen una importancia preponderante porque tienen electorados propios, pero bajo mi concepto no tendrán tampoco esa rimbombancia que quieren darse algunos de esos personajes que ya indican en los medios tradicionales que son los ases bajo la manga. Al final solo quiero que gane es mi país.