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Opinión

La pomadita para este 29 de octubre

La pomadita para este 29 de octubre

Por Óscar Viña Pardo


Dicen que en política no hay perdedores, solo ganadores que aún no lo saben. Esta afirmación puede sonar reconfortante, pero la realidad es que muchos de los que actualmente aspiran a cargos de elección popular terminan siendo parte de las complejas maquinarias gubernamentales, ya sea a nivel nacional, regional o local. En ocasiones, lo más importante es hacerse notar y forjar una presencia en el escenario político.

No obstante, este 29 de octubre, el pabellón de quemados políticos está preparado para alquilar balcones, y es esencial entender las diferentes categorías de quemaduras que experimentan los candidatos.

Quemaduras de Primer Grado (Superficiales): Estas quemaduras se asemejan a una herida superficial en la epidermis. En este grupo, encontramos a aquellos candidatos que llenan las listas de concejos y asamblea. Son individuos dispuestos a figurar en las fotos y a asegurarse de algunos "contratitos". Sus quemaduras son leves, ya que, en poco tiempo, al cabo de una semana, se recuperan.

Quemaduras de Segundo Grado (Espesor Parcial): Aquí, entran en juego los ciudadanos que persisten en la tarea cada cuatro años. Son los autoproclamados gestores ciudadanos, algunos llamados "lagartos", que buscan ayudar a otros a costa de obtener reconocimiento. El sitio de la quemadura se ve rojo, con ampollas y puede estar inflamado y doloroso. Este dolor puede perdurar durante meses, ya que cada encuentro en la calle les recuerda que ese "votico" se perdió.

Quemaduras de Tercer Grado (Espesor Total): Los aspirantes a concejos y asamblea, creyendo que, con el respaldo de los partidos políticos y algunos votos de amigos, se convierten en los salvadores de la ciudad y la región. Estos candidatos pierden sensibilidad y llevan consigo un resentimiento duradero. En este grupo también se encuentran aquellos que ocupan el cuarto y quinto lugar en las carreras por la alcaldía.

Quemaduras de Cuarto Grado (Tostados): Son las más dolorosas de todas. No queda ninguna parte del cuerpo sin afectar, excepto la lengua, que a menudo se mantiene afilada para señalar fallas en el sistema y en sus oponentes. Estos candidatos, que aspiran a cargos como la gobernación o alcaldías, han invertido tiempo, energía y recursos en su campaña, solo para sufrir una derrota dolorosa. También se encuentran aquí los aspirantes a asamblea y concejos que no alcanzaron el umbral de votos necesario.

Las "pomaditas" para aliviar estas quemaduras se pueden adquirir en cualquier farmacia y generalmente no requieren prescripción médica. Sin embargo, la recuperación no es rápida y puede llevar al menos dos años. El proceso de curación puede ser doloroso, y estos políticos heridos a menudo necesitan apoyo y asesoramiento especializado para superar las ampollas emocionales y las cicatrices políticas que dejan las campañas electorales.

A pesar de todo, la política tiene la peculiaridad de permitir que los caídos se levanten, aunque esos primeros meses después de una derrota electoral pueden ser particularmente sensibles, aparecen de nuevo en el escenario como los salvadores de la patria.

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