La incertidumbre política y administrativa que se vislumbraba después de la demanda interpuesta de nulidad electoral por una supuesta doble militancia de la gobernadora Adriana Magali Matiz Vargas, fallada a su favor en las últimas horas por la Sección Quinta del Consejo de Estado, despeja el camino de la mandataria para continuar su mandato cumpliendo su programa de gobierno: “Con seguridad en el territorio”.

Además, tranquiliza a los diferentes sectores sociales, especialmente al político, que se encontraba a la expectativa sobre lo que pudiera ocurrir.

Pero el hecho más relevante de este fallo, es que nos permite continuar con un gobierno sobresaliente en manos de una mujer dedicaa y comprometida en las soluciones esenciales que necesita el Tolima, tal y como lo viene demostrando en los siete meses que lleva de su administración.

Una mandataria aplomada, seria, que no acude al discurso fácil, altisonante, demagógico y promesero, que prefiere más que hablen los hechos en lugar que la palabrería insulsa. Es decir, que las obras en los diferentes campos: social, económico, cultural, también del cemento y el concreto sean su impronta de gobierno.

Y en esta línea se pronunció la mandataria en la rueda de prensa que convocó en las primeras horas de la mañana de este viernes 9 de agosto, para referirse sobre el fallo favorable del Consejo de Estado, donde aprovechó la mayor parte de su tiempo precisamente para hablar de la continuidad de su proyecto de gobierno como la seguridad territorial, las vías, las tecnologías, los programas de fortalecimiento de los cafés especiales, y temas sociales como: la salud, la educación, deporte, turismo y vivienda, entre otros.

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Despejado el camino para la continuidad del mandato de la gobernadora Matiz Vargas, y desaparecida la zozobra de una desgastante elección atípica, como algunos lo deseaban, la dinámica y guerrera mandataría tiene las alamedas abiertas para trabajar en el cumplimiento de su programa de gobierno.

Siendo realistas e independientemente de la posición política o ideológica que se pueda tener frente a este fallo del Consejo de Estado, lo cierto es que la victoriosa no solo es la gobernadora Matiz Vargas; colateralmente debemos manifestar que otro de los ganadores es el senador Óscar Barreto, no solo como jefe político de la mandataria tolimense, sino por la refrendación que hace como líder de un partido mayoritario en el escenario político del Tolima.

La salida airosa de la gobernadora del Tolima en este proceso de nulidad electoral, además de ser un triunfo jurídico, es también una victoria electoral que reafirma el poder político que tiene el barretismo en el departamento.

Sin duda, para lograr este palmarés, el senador Barreto cuanta con cuadros competentes y capacitados como Adriana Magali Matiz, quien ha demostrado con talento, ser una buena ejecutora en los cargos que ha desempeñado, y una mujer conciliadora. Ella no busca la confrontación sino la unidad de los tolimenses para lograr objetivos comunes de desarrollo y progreso.

Podríamos decir que la decisión del Consejo de Estado de negar las pretensiones de las demandas acumuladas contra la elección de la gobernadora Adriana Magali Matiz, es otro escollo que supera la funcionaría. Esos 47 folios del fallo pasan los recuerdos de una carrera política metódica y bien llevada que pasará a la historia como la primera mujer elegida como gobernadora popularmente en el Tolima.