Opinión
Ibagué en el momento más aciago de su historia
Es a manera de súplica. Necesita Ibagué, como nunca antes, del concurso decidido de todas sus fuerzas vivas para que a partir de una profunda discusión afloren las ideas y propuestas, que permitan encontrar salidas a la actual crisis.
Si bien los problemas que padece la ciudad no se le pueden endilgar en toda su magnitud a la actual administración municipal, sí se han acentuado en el mandato del alcalde Hurtado.
Para nadie es un secreto que se trata de un mandatario que no estaba preparado para gobernar la ciudad, los enormes desaciertos en sus decisiones así lo indican, al punto que las problemáticas que la ciudad siempre ha tenido, en estos tres años de gobierno se han agudizado.
Está más que demostrado que la ciudad está frente a un Alcalde engreído, un Alcalde que hace oídos sordos a la crítica, que al contrario se vuelve retador, sus actitudes a todas luces resultan contraproducentes para la ciudad.
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Esta es una oportunidad para que actores de la clase política, los gremios económicos, los líderes de opinión y las organizaciones sociales, se junten en un solo propósito: clavar la vista en Ibagué. Nadie en este momento se puede dar por desentendido de la situación actual por la que pasa la ciudad. Hay mucho para discutir, hay mucho para proponer.
La protesta de las empresas de buses, que no ha sido cualquier protesta, este martes la situación tendía a agudizarse, es una alerta temprana, pues podría desencadenar en otros certámenes igual o peores.
No olvidemos que hay un problema mayúsculo con el agua. Sectores amplios de la ciudad han empezado a sufrir de racionamiento en el servicio, las irregularidades en los licenciamientos de nuevas urbanizaciones con disponibilidades hidrosanitarias condicionadas, el Ibal es una empresa que no se puede descuidar, ahí están pasando cosas, una malla vial destrozada en un porcentaje insospechado que requiere discusión para hallarle salidas, porque la ciudad no aguanta más que cada que asume un nuevo gobierno se le destine entre 50 y 70 mil millones de pesos para el arreglo de vías, y no se ve el avance.
En fin, demasiadas problemáticas que enfrenta Ibagué que no dan más espera. Hay que asumirlas con realismo y sin rodeos. Insistimos que esa tarea debe ser liderada en su conjunto por toda su dirigencia. Además, hay un temor latente, viene un año electoral y todo hace prever que vamos a tener el actual Alcalde de Ibagué metido de pies y manos en ese proceso. Ya lo demostró Hurtado en el pasado evento electoral presidencial en el que si ningún miramiento tomó partido de frente por una candidatura. Más nefasto sería para la ciudad volverlo a ver en esas mismas andanzas en los meses que se avecinan.
Por último, y hace parte del detonante de la protesta de las empresas de buses, tiene que ver con lo concerniente al Sistema Estratégico de Transporte (SEPT), proyecto que se volvió un disco rayado en el que hoy más que ayer no se debe perder de vista. Señores clase dirigente de Ibagué y el Tolima, hay mucho por hacer en momentos de tanta incertidumbre en una ciudad que merece lo mejor.
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