Opinión
En enojo del huracán
El funcionario de policía es una figura pública, todas sus acciones siempre serán evaluadas, señaladas y discutidas. Cuando vemos un policía examinamos cada uno de sus movimientos, todo lo que haga será juzgado. ¿A qué debemos esto? En cierta medida, los ciudadanos aún esperamos de ellos el mejor comportamiento, pero si vemos que yerran en sus acciones, tenemos todos los argumentos para justificar nuestras propias faltas.
Si el policía no actúa como lo esperamos, ese policía no sirve, no sabe. Si el policía actúa dentro de los parámetros constitucionales y aplica la Ley que sanciona alguna conducta o comportamiento contrario, el policía es un abusivo, un ignorante que solo está para maltratarnos. Como ciudadanos somos capaces de identificar todas sus faltas, pero no somos igual de hábiles en identificar las nuestras.
Generalmente los policías que trabajan en vigilancia y en tránsito son quienes tienen relación más directa con la ciudadanía y por tanto son el foco de atención y quienes han adquirido una imagen negativa. Si vas en carro y ves un policía, es muy común que el primer comentario que oigas o digas es “ya están consiguiendo lo del almuerzo”, no nos detenemos a pensar que están en su función de regular el tránsito y evitar que, como es nuestra costumbre, nos pasemos el semáforo en amarillo o rojo y compliquemos más el tráfico.
Sin embargo, si por algún descuido, decidimos salir en horario de pico y placa y nos detiene un policía de tránsito, seremos pocos los que admitamos el error y aceptemos el comparendo y demás acciones que vienen con él, antes bien, nuestra primera frase hacia el policía, muy seguramente será “agente, ayúdeme”.
¿Dónde está entonces el error? Toda acción del policía la observamos con lupa, a ellos los tenemos en elojo del huracán,pero no hemos visto que, como sociedad, hemos perdido el respeto a todo tipo de normas, estamos fallando en los comportamientos sociales y de convivencia, queremos que se regule pero que sea a otros. ¿Qué tal si todos actuamos bien? Si entendemos que no solo somos sujetos de derechos, sino que tenemos también deberes, que, si construimos una cultura de ciudadanía legal, no tendríamos que estar pidiendo a quien está para mantener el orden en la sociedad, que “nos colabore”. Estamos llamados como ciudadanos, a cumplir las normas y propender por una sana convivencia entre vecinos que rescate el civismo y el respeto por la autoridad.
Claro, no se trata de permitir que el policía actúe desproporcionadamente, este es un tema de todos, donde tanto ciudadanos como policías rescatemos nuestras conciencias, adecuemos nuestros actos a las normas y recordemos aquellos principios y valores de antaño, poniendo en el ojo del huracán, no solo los comportamientos del otro sino los propios.
Debemos dejar de generalizar y pensar que todos los policías son malos, este tipo de pensamiento hace un gran daño a la institución y a las personas que pertenecen a ella y hacen de forma íntegra su trabajo. En todas las profesiones existen personas con un débil sistema de valores, al igual que en todas se encuentran personas con un proceder ejemplar, debemos trabajar como sociedad en el fortalecimiento ético, en los espacios sociales fundamentales como lo son la familia y las escuelas.
Jenny Andrea Lozano Medina
Catalina Botero Beltran
Weimar Hermides Barreto Hurtado
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771