Opinión

Empate en un abrir y cerrar de Tinder

Empate en un abrir y cerrar de Tinder

Jaguares llegó a Ibagué con la cautelosa contundencia del felino. Estuvo a nada de llevarse todo, pero apareció, desde Perú y desde Tinder, Raziel García para dejar de aplazar el fútbol vistoso que esperábamos verle desde el primer día. Ojalá, ahora con la 10 en la espalda y después de haber clavado la pelota en el ángulo, Raziel nos siga regalando la magia que se le reclama a los de su clase. 

No arrancó bien la tarde para el conjunto de Hernán Torres. Rovira y Ureña le hicieron protocolo a Jhonnier Viveros. El volante de Jaguares esquivó conitos vestidos de Vinotinto y se la cruzó a Vargas para el 1-0. Tolima agarró la pelota y quiso arrinconar a su rival, pero el equipo monteriano se replegaba estratégico para buscar un zarpazo. 

La táctica le funcionó a Jaguares. Siempre es más fácil cuando Urrego es tu oponente. Héctor es tan buen anfitrión, que en todos los partidos en el Murillo Toro intenta que el visitante se lleve un regalo de su parte. Esta vez, un penal evidente por carga en la espalda sobre Pablo Rojas. 0-2 en una tarde de sol y los insultos bajaban en estampida desde la tribuna despoblada.

En la derrota casi inevitable apareció el general Quiñones. Uno de los pocos ídolos que tiene el club en su historia. Seguramente el más ídolo de todos, pese a las voces nostálgicas que abogan por apellidos de los 80. Julián se disfrazó de delantero e hizo el trabajo que Rangel no pudo. “Quiño” pateó con rabia un rebote que había dejado Soto después de un monólogo arrebatado del venezolano Sosa. 

Ya el 1-2 estaba sentenciado. Ya muchas aplicaciones finalizaban el partido con victoria para el visitante. Varios apostadores estaban listos para reclamar el jugoso parley que el felino de Montería les iba a regalar. Pero en el segundo final llegó Raziel García para homenajear a zurdos exquisitos como Cueto o Sotil. “Pepazo” desde Oriental y el ángulo de Soto recibió la pelota seca que pateó el peruano. 2-2 en el final para que los hinchas que siempre van se abrazaran con el sabor inigualable de los goles agónicos. 

Lo estábamos esperando Raziel. Bienvenidos los golazos y la clase. La afición tolimense valora mucho a los jugadores vistosos. Ojalá siga rindiendo en cancha y que también tenga éxito en Tinder. Eso sí, pórtese bien que Ibagué es muy chiquito.

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