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Opinión

El alcalde delirante de Ibagué

El alcalde delirante de Ibagué

A 14 meses de las elecciones de alcaldes, gobernadores, concejos y asambleas, Ibagué se hace merecedora de un análisis especial frente a la escogencia de su próximo alcalde.

El capítulo Hurtado ya hay que darlo por terminado. Queda por rogar que los 16 meses que le quedan de mandato se pasen en un santiamén. Eso sí, a la espera de que por lo menos entregue los escenarios deportivos que están en construcción. Claro está, que sin sobrecostos y bien terminados.

En lo que corresponde al tan cacareado Sistema Estratégico de Transporte Público, y por la importancia que significa este proyecto, se requiere la presencia de la veeduría ciudadana y evitar que por el afán de cortar cintas y hacer politiquería, esta obra quede a mitad de camino.  El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, que es el ministro del gobierno del ‘cambio’, debe poner toda la atención en este tema.

“El desastre Hurtado debe servir como reflexión por parte de los ibaguereños y potenciales nombres de candidatos a la Alcaldía”

Ciertamente, a esta altura del mandato, el Alcalde Hurtado no supo interpretar que la prioridad es solucionar la problemática severa que padece la ciudad por cuenta de la deficiencia en el servicio de agua.

Ahora Hurtado vuelve de manera disparatada a hablar de cable aéreo y de internacionalizar el aeropuerto Perales. En este aspecto lo que debe hacer es apoyar la gestión que ha venido desde tiempo atrás adelantando el gobernador Ricardo Orozco. Eso se llama no pisarse las mangueras.

El desastre Hurtado debe servir como reflexión por parte de los ibaguereños y potenciales nombres de candidatos a la Alcaldía que anhelan dirigir esta ciudad en el próximo periodo. Todo lo que se ha visto en estos dos largos años de la actual administración, y por supuesto que ha sido un mal recurrente en Ibagué en la mayor parte de alcaldes, es la total falta de planeación. Una herramienta fundamental como la planeación, en Ibagué ha brillado por su ausencia.

El resultado de esa irresponsabilidad arroja la ciudad que hoy nos encontramos por cada esquina que nos asomemos.  Con un Alcalde que a pocos meses de entrar en la recta final del mandato todavía tiene la desfachatez de lanzar anuncios de proyectos, es porque en definitiva no tuvo brújula y esa brújula se llama planeación. Enseñanza para votantes y candidatos: no repetir ese error con Ibagué.

Henry Rengifo

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