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Opinión

Despiertan los ibaguereños o los dejan sin ciudad

Despiertan los ibaguereños o los dejan sin ciudad

Por: Humberto Leyton


Los nuevos “Trillizos”: el exalcalde Andrés Fabián Hurtado, la alcaldesa simbólica, Johana Aranda y su esposo Juan Arturo Gutiérrez, prolongan el fatídico periodo del cuatrienio del primero de los nombrados, caracterizado por el desgobierno, la falta de transparencia en la contratación, el derroche de los recursos públicos, y el presunto extraño y temprano enriquecimiento ilícito de estos personajes.

Lo peor, es que las insistentes denuncias que realizan los portales web y medios independientes, no tienen eco en las autoridades encargadas de investigar los hechos presuntamente delictuosos, y la ciudadanía se asombra, pero no se manifiesta con actos de rechazo contra la podredumbre que nos invade desde la administración pública municipal.

Los entes operadores de la justicia como la Fiscalía, la Procuraduría, la Contraloría o la Oficina o Zar Anticorrupción, la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), que persigue el lavado de activos, permanecen callados, casi en un acto de complicidad con lo que está sucediendo en Ibagué. Ni hablar de los organismos de control municipal que simplemente se conforman con cumplir el papel de notarios de los actos indelicados de los gobernantes, que los tienen como una secretaria más de sus despachos.

Esta indolencia, el voltear la vista para no ver nada de lo que sucede a nuestro alrededor, nos costará quién sabe cuántos años más de atraso y desarrollo del municipio. Desde hace cuatro años y ocho meses, las actitudes, procedimientos y el funcionamiento oscuro de la administración municipal de Ibagué, son exactos a los utilizados por el exalcalde Andrés Hurtado. Cada día la ciudad se hunde más en el desgobierno, lo que incide en que el atraso se profundice.

Y, entretanto, el silencio sepulcral de las autoridades competentes para realizar las investigaciones y ofrecer resultados verdaderos sobre la telaraña de negocios sospechosos de los principales exfuncionarios y funcionarios del gobierno municipal de Ibagué, continúa y siembra inquietud e incertidumbre en la ciudadanía. Esta falta de la pronta aplicación de justicia, da la sensación que la ciudad se está convirtiendo en una Cueva de Rolando, donde el exalcalde Andrés Fabián Hurtado y su séquito encabezado por la sub-alcaldesa Johana Aranda, hacen lo que quieren, como si fueran amos y señores sobre todas las cosas. El abuso de poder es absoluto.

No investigar, investigar a medias o cohonestar con los desafueros y presuntos actos de corrupción registrados por los portales y medios independientes en el municipio, es dejar a los más de 600 mil habitantes de la ciudad en manos de inescrupulosos y mafias incrustadas en las altas esferas gubernamentales ávidas de dinero fácil a costa de los contribuyentes que son los que en definitiva, pagan las indelicadezas de los funcionarios corruptos. 

No queremos pensar que exista un contubernio entre los organismos de control como la Fiscalía, Procuraduría y Contraloría con las personas denunciadas, pero si deja un sinsabor la tardanza para arrojar resultados sobre las denuncias, máxime cuando ya existen antecedentes de familiares de investigadores del CTI, que investigaban en su condición de alcalde, a Hurtado, que estaban contratados por este en la administración municipal.

Denuncia de la que no sabe nada hasta el momento, que seguramente reposa en el cuarto de San Alejo de la Fiscalía, donde estaba más que claro que una investigadora del CTI que investigaba al exalcalde, tenía a sus familiares vinculados con millonarios contratos en la Alcaldía.

También existen antecedentes donde el exalcalde Hurtado, fácilmente evadió su responsabilidad penal en el proceso por los ‘piques’ del aeropuerto de Perales, con el consabido vencimiento de términos que le permitió salir libre sin mostrar su inocencia, gracias a una hábil maniobra para burlar la ley.

Otro proceso que se encuentra estancando es el relacionado con el uso del estadio Manuel Murillo Toro, para la celebración del cumpleaños de uno de sus hijos. Según versiones que han circulado en el mundillo político de Ibagué, el juez que tiene el sumario en su despacho, es hermano de un conocido dirigente conservador del sur del Tolima, con quien Hurtado está adelantando acuerdos políticos en su propósito de llegar a la gobernación del Tolima.

La investigación por el puente fantasma de la 60 con 5a, es otro de los entuertos judiciales que no arrojan resultados, salvo la declaratoria del incumplimiento total del contratista, gracias a los informes de la interventoría de la obra, decisivos para que el municipio tomará una decisión sobre el particular.

Y qué decir de las insistentes denuncias que se han realizado por el extraño enriquecimiento de Hurtado que pasó en poco tiempo de ser un modesto empleado del IBAL a tener una lujosa mansión con un costo exorbitante, en un lugar exclusivo de Ibagué, una camioneta de alta gama de 600 millones de pesos, según el exalcalde Rubén Darío Rodríguez, otra para su campaña de más de 400 millones, regalos millonarios a algunos periodistas encargados de lavarle la imagen, y toda una vida de excesivos y extravagantes lujos y viajes internacionales permanentes que ninguna autoridad investiga.

Igual cosa sucede con los cerca de 100 mil millones de pesos que tiene la Alcaldía de Ibagué en nómina paralela, según el presidente de Asoempubli, Enrique Hoyos, para hacerle la tempranera campaña electoral al alcalde y dueño real del poder Andrés Fabián Hurtado. La sub-alcaldesa Aranda, solo firma los contratos.

Le agregamos también los costos de su tempranera campaña que sin ningún control y violando todas las leyes, está realizando el cuestionado o polémico exalcalde Hurtado, por los diferentes municipios del Tolima en su afán de ser gobernador del departamento, como seguramente no quedarán registros de los gastos del próximo evento del 14 de septiembre en el Néctar Arena, donde está anunciando la celebración del día de la amistad, que no es más que otro sofisma para disfrazar los verdaderos objetivos politiqueros y electorales.

Como buena alumna, obediente y servil, la sub-alcaldesa Aranda, acusa las mismas costumbres de su amo Hurtado. El supuesto rápido enriquecimiento que ha sido advertido por estos días, donde se revelan aportes millonarios por parte de los esposos Aranda-Gutiérrez de 100 millones a su propia campaña para la alcaldía, 300 más de una camioneta de alta gama y 650 millones más en la compra de una casa en el barrio El Vergel, la que a propósito compraron al exalcalde Jesús María Botero a precio de ganga, pues en este sector en precio comercial supera los 1.000 millones de pesos.

Como si fuera poco para el presupuesto de Ibagué, ahora se le agrega al sanedrín de Hurtado el nombre de Juan Arturo Gutiérrez, esposo de la señora Aranda, con quien habría llegado a un acuerdo para repartirse la contratación municipal, y el exalcalde Jesús María Botero, quien sería el asesor y contratista estrella. Y mientras tanto, la justicia no se arrima por estos sectores. Si los ibaguereños no despiertan de este letargo, los van a dejar sin ciudad.

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