Opinión

Las falacias de Hurtado en el cumpleaños de Ibagué

Las falacias de Hurtado en el cumpleaños de Ibagué

Con bombos, platillos, trompetas y timbales, el pésimo alcalde de la ciudad de Ibagué, Andrés Fiaban Hurtado, pregonó durante toda la semana, la celebración de los 472 años de la fundación de la ciudad. 

Los actos programados durante los días 14, 15 y 16 de octubre, contemplan dos ‘inauguraciones de obras’, y el resto serán conciertos, en lo que sí es especialista el mandatario local. Las obras en mención son la pavimentación de tres cuadras apenas de la calle 103 y el puesto de salud de Picaleña. 

En el primer caso tendremos que decir que la 103, había sido proyectada por la administración anterior como una avenida de doble calzada, con ciclo-vías y zonas verdes para que se convirtiera en eje vial que descongestionara el sector norte de la ciudad, especialmente de la comuna 8, con superiores dimensiones y servicios que la actual Pedro Tafur, y que la conectara con la zona de expansión hacia el aeropuerto de Perales y la salida a Bogotá. 

El diseño inicial, elaborado conjuntamente entre el Municipio y Findeter, tenía una longitud de cinco kilómetros y forma parte del Plan Maestro de Movilidad. Ahora, escasamente el pintoresco alcalde que tenemos cortará la cinta de la pavimentación de unas tres o cuatro cuadras; y eso sí, con todo el boato que lo caracteriza no solo en su vestimenta, también en los eventos oficiales que corren por cuenta del tesoro público. 

Y en cuanto al puesto de salud de Picaleña, hay que recordarle al alcalde que este fue diseñado y financiado por la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo, y que por ineptitud de la secretaria de Salud de ese entonces, no se construyó y ese gobierno entregó en bandeja esta obra. De los tres mil 379 millones que recibió en caja, la gestión de Hurtado, fue adicionarle al contrato mil 522 millones de pesos más, reformar los diseños que estaba para una USI de tres pisos, dejarla de uno solo, pero además de esto con la adquisición de un ascensor que no tendrá sentido, pues el edificio quedó de un piso. ¿Quién explica esto?, acaso, ¿la Contraloría Municipal?

Pero además de eso, al parecer, la dotación fue pintada y remodelada, traída de otros centros de salud de la ciudad. Y cabe la pregunta ¿dónde están los 12 mil millones de pesos que le aprobó el concejo de Ibagué para los puestos de salud de El Salado y Picaleña?

El resto de la programación de los cumpleaños de la capital del Tolima, son foforros, comparsas, conciertos, tarimas y todo un oropel pueblerino, donde se invertirán millonadas que poco o nada positivo dejarán a la ciudad, y no es que se esté en contra de este tipo de celebraciones, pero como bien lo dice el director del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Ibagué, Jaime Eduardo Reyes, en el cumpleaños número 472 años de la ciudad, “desafortunadamente no hay mucho que celebrar”. 

La administración Hurtado lo único que entrega en los 472 de Ibagué, son falacias construidas muy a su forma y estilo de gobernar. Ciertamente el panorama es sombrío, hay que decirlo con toda crudeza, así duela, pero este es un cumpleaños amargo, como resultado del desacierto mayúsculo en que el alcalde Andrés Hurtado ha conducido la ciudad. Los hechos están a la vista, los hechos son tozudos.

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