La mañana era tranquila y soleada. Los transeúntes caminaban desprevenidos en el sector de la carrera quinta, frente a las instalaciones del colegio San Simón, donde se encuentra ubicada la notaría Quinta de Ibagué, y de pronto aparece una pareja vestida de novios dispuestos a unir sus vidas a través de un contrato matrimonial.

Al ritual civil, al que se había invitado previamente a este portal, transcurría en las instalaciones de la notaría citada, donde por primera vez y públicamente se celebraba un matrimonio LGTBI entre Guillermo Naranjo quien dice ser bisexual y Laura Vanesa Albarracín transgénero, quienes llevaban de convivencia mutua cuatro años, hasta que decidieron legalizar la relación. 

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La novia que llegó a las instalaciones de la notaría con media hora de retraso, se notaba nerviosa, luciendo un traje blanco ceñido a su  cuerpo, con una larga cola que la llevaban una pareja de pajecitos.

Por su parte, Guillermo llevaba un traje oscuro y un corbatín de color negro, combinado con una camisa clara.

Este hombre, que había sido soldado profesional y ahora guarda de seguridad, se notaba ansioso por la llegada de su  compañera sentimental, relató a El Cronista.co que de mutuo acuerdo quisieron dar a conocer la realización de su boda, como un mensaje para quienes tomen la determinación , no sientan vergüenza y den ese paso abiertamente.

Algo así como un llamado a la libertad individual  y a la aguadad de género.

Expresó que antes de conocer a su  amada, tuvo una relación con una mujer de su misma edad, pero que las cosas no salieron, por lo que acudió a las redes sociales donde encontró el  amor de su vida.

Fue así como se contactaron, y comenzó la relación que hoy los llevó a la unión marital.

"Mi esposa, dice Guillermo, es trabajadora, tiene una peluquería, ella es estilista y es muy consagrada a ello. Muy contrario a lo que muchos dicen, ella no es trabajadora sexual".

"Ya llevamos de convivencia 4 años y las cosas se nos han dado, por eso estamos pensando en la posibilidad de adoptar un bebé, esperamos que las cosas se nos den", precisa el feliz marido.

Cuando se le consultó sobre la opinión  de su familia frente a esta relación, el hombre manifestó que su hermana fue la única que estuvo de acuerdo, por eso lo acompañó a dar este paso importante.

También expresa que ellos han sido víctimas del bulyng , pues Ibagué es una ciudad que no está preparada para ver personas del mismo sexo en sitios públicos. "Y nosotros hemos desafiado estos prejuicios y convencionalismos", dice. 

Por su parte, Laura indica:"No obstante esta incomprensión, no fue un impedimento para ver realizados nuestros sueños, por eso tomamos la decisión de salir a la luz pública y enfrentar todo".

En medio de gritos, aplausos, besos, abrazos como lo que se vive en una boda entre un hombre y una mujer, los novios dieron el Sí a la notaria quinta.

A la salida de las instalaciones los esposos fueron sorprendidos con la tradicional lluvia de arroz, buscando la felicidad y la prosperidad en sus  vidas.

Por ahora no sabemos quién de las asistentes se ganó el ramo, lo cierto es que muchas lo deseaban.