Historias
El corrientazo más barato de Ibagué
Por Juan Sebastián Giraldo
Colombia vive una de las inflaciones más traumáticas de los últimos años en el país, una situación que ha afectado principalmente el bolsillo de los más pobres.
En medio de una crisis como la actual con una canasta familiar por las nubes, aún hay personas que le apuestan a ofrecer un ‘corrientazo’ a un precio accesible para aquellos que la plata no les alcanza, sobre todo en una ciudad con alto desempleo.
Ubicado en la paralela de la 60 con 5ª, ‘El Rincón de Aquí-Le Guajiro’ es uno de los restaurantes más económicos de la ciudad. Su ‘corrientazo’ en el poco tiempo que lleva ya es famoso en el sector, pues combina a la perfección precio-sazón.
Los comensales que llegan al restaurante pueden encontrar una amplia variedad en el menú y tres tipos de almuerzo diferentes. El primero es de 6.000 pesos (hasta hace poco, 5 mil) y aunque es un almuerzo pequeño, consta de todo lo necesario para un ‘corrientazo’: sopa, arroz, principio, carne, ensalada y sobremesa. También está la opción de 7 mil pesos, que trae el mismo alimento, pero en una cantidad más grande. Finalmente, está la posibilidad de elegir el almuerzo especial por un valor de 10 mil pesos.
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Día a día cientos de personas toman asiento en el local para probar los dotes culinarios de Liliana Vasco, la dueña del restaurante. Una ibaguereña que volvió a su ciudad después de 17 años viviendo junto a su esposo en La Guajira, donde por entonces era gerente de una IPS.
— Vivía en Riohacha, pero trabajaba en Maicao como gerente de una IPS. Resulta que un día nos atracaron, en medio de la carretera nos salieron 11 tipos con fusil. Dicen que eran extranjeros.
Aquel infortunio generó que Liliana sufriera de un coma inducido durante 18 días. Tras la tristeza y decepción por el atraco, su esposo propuso vender todo e irse a otro sitio. En cuestión de una semana se deshicieron de todas sus pertenencias y vinieron a Ibagué para instalarse en la casa de los padres de Liliana. Era octubre de 2019.
Venidos de La Guajira y cargados de un amplio conocimiento sobre el arte de hacer ceviche, y viendo que en Ibagué ningún sitio hacía un ceviche como el de ellos, decidieron montar una cevichería y venta de comidas rápidas.
— Unos les echan huevo, aguacate, cilantro, hasta hay gente que le echa mango. Yo le dije a mi marido “No, ombe, ¿qué es esa vaina?”. Por eso quisimos montar el puesto, vendiendo barato, porque siempre he pensado que vender económico y en cantidad, pero con calidad es rentable.
Durante unos meses vendieron empanadas a 700 pesos, arepa de huevo, ceviche y otras comidas; sin embargo, llegó la cuarentena y el negocio que empezaba a sacar cabeza tuvo que ser cerrado.
Posteriormente, reabrieron, pero no contaban con el paro que se venía por esos días. Cuenta Liliana que durante las protestas todo su local fue destruido y no tenían el dinero como para abrirlo nuevamente, así que decidieron vender tinto cerca de la Clínica Nuestra y Asotrauma.
— Después de un tiempo vendiendo tinto, un domingo le dije a mi esposo “Hey, vamos a hacer un almuerzo barato pa’ los pelados de allí del semáforo, pa’ que no estén por ahí pidiendo porque eso es muy incómodo”.
El plan era venderles únicamente ese domingo, pero al día siguiente regresaron para preguntar por el almuerzo, así que se convirtió en una rutina. Con el tiempo las personas aledañas al sector se dieron cuenta de que ahí hacían almuerzos baratos (a 5 mil pesos) y comenzaron a ir periódicamente, por lo que los guajiros decidieron abrir un restaurante.
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Actualmente, Liliana y su esposo le da trabajo a 9 personas y están a la espera de abrir un nuevo local de restaurante con los mismos precios. Lo económico ha sido principal bandera y por la cual también ha sido criticada.
— Un señor vino un día y me dijo: Quién sabe qué perro mataron para vender ese almuerzo tan barato. Yo de una le saqué mis tickets de Surtiplaza y le mostré. Yo compro pura carne buena porque no me gusta la carne económica, se enrosca, no rinde y es fea; yo no le doy a mi gente lo que a mí no me gustaría comprar.
¿Cuál es el secreto para mantener un precio tan bajo?
Con su mantra de vender barato y en cantidad, Liliana ideó la forma de hacer sostenible su negocio. En diálogo con El Cronista.co reveló su secreto.
— Miro los precios de todos los mercados, compro cada cosa en un lugar diferente y dependiendo de las promociones decido qué hacer para el menú. Si el frijol está muy caro hago verdura, si la verdura está muy cara hago grano, y así sucesivamente. Así nos hemos mantenido.
Esta cacería de precios bajos es el elemento principal para mantener un almuerzo barato; no obstante, sería imposible sin una buena demanda: ‘El Rincón de Aquí-Le Guajiro’ vende en la actualidad alrededor de 450 almuerzos y unos 80 desayunos diariamente.
Paradójicamente el auge de su negocio ocurrió cuando los precios de los alimentos empezaron a subir de manera desmesurada. Cuando la libra de yuca empezó a valer 3.500 pesos y la de pimentón 3.800, se hizo recurrente que familias enteras vinieran a almorzar a su restaurante, todas con la excusa de que les salía más barato que hacer su propia comida.
— Hay un señor que me dice: yo prefiero todos los días pagarle a usted 30 mil pesos y no dejarle 50 mil a mi esposa, a ella no le alcanza para nada, me sale mejor comprarle a usted, yo sé que como rico y caserito.
Con esta filosofía, Liliana y su esposo están ad portas de abrir otro punto en la ciudad, siempre manteniendo precios bajos. Lo más difícil, según ella, ha sido conseguir empleados porque muchas personas no están dispuestas a hacerlo.
Hoy los comensales de Liliana es un variopinto, “Aquí vienen personas, me atrevo a decir de todos los estratos, ya saben que nos esmeramos por preparar con calidad en todos los aspectos y usted sabe que si es bueno, bonito y barato, eso gusta”.
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