La denuncia la hizo esta mañana el concejal Pedro Mora, quien manifestó que el sitio está siendo invadido en altas horas de la noche por grupos de hasta 80 personas que al parecer realizan actos de brujería y hechicería.

“Se están metiendo a la parte antigua del panóptico a realizar actos sexuales, satánicos y hasta robos. Los celadores están preocupados porque los vándalos han dañado los barrotes de la estructura para ingresar.”, sostuvo.

De otra parte, explicó que más del 50% del panóptico no cuenta con luz; situación que hace más fácil el ingreso de estas personas al lugar, que no cuenta con el adecuado cerramiento de seguridad.

Por su parte, la secretaria de Cultura de Ibagué, Ana María Bernal, dijo que desde su dependencia ha solicitado apoyo de la Policía Metropolitana para que realicen rondas de vigilancia periódicas y aclaró que la situación ya fue denunciada ante la Fiscalía General de la Nación, para su respectiva investigación.

Cabe indicar que en la actualidad el Panóptico cuenta con un sólo vigilante, no obstante, la funcionaria resaltó que dentro de las estrategias de aseguramiento del bien cultural, incluidas en el plan de desarrollo se planteó la contratación de otro vigilante para que refuerce la seguridad.

Sobre las polémicas obras de restauración que han sido blanco de críticas a nivel nacional, Bernal subrayó que una vez el contratista finalice la construcción de la sobrecubierta de la zona antigua, seguirán los procesos por parte de la Alcaldía para impedir el deterioro del bien.

Panóptico paranormal

Según varios parasicólogos consultados por esta redacción, las instalaciones del panóptico son apetecidas para desarrollar estas actividades paranormales debido a que hace varios años el lugar fue penitenciaría distrital y se dice que los espíritus de los miles de reclusos que fueron torturados y asesinados en los pabellones de la cárcel todavía rondan los pasillos de la vieja estructura. Incluso vecinos del sector aseguran que en la madrugada se escuchan lamentos y quejidos. Otros dicen que han visto gente deambular y que, tras doblar en alguna esquina, desaparecen. Caídas de objetos pesados, diminutas luces que se encienden y se apagan, levantan aún más el mito paranormal de este lugar que fue construido a finales del siglo XIX.