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Reunión del club El Nogal
Por Edgardo Ramírez Polanía
El club El Nogal se recuerda por la bomba que las FARC puso en sus instalaciones para volarlas y matar a sus ocupantes la noche del 7 de febrero de 2007, porque allí un ministro de gobierno de Álvaro Uribe, delgado, hosco y locuaz, se reunía para trazar la política de seguridad democrática de ese gobierno, que estuvo salpicada de crímenes cometidos por miembros de la Fuerza Pública contra jóvenes reclutados que hicieron pasar como guerrilleros muertos en combate.
Ese club ha sido sitio de encuentro de la dirigencia política nacional y uno que otro trepador social que desea codearse con quienes manejan el Estado o se dedican a los grandes negocios, que son factores que atraen a quienes consideran el dinero el éxito y aquellos ciudadanos que les gusta que les atienda meseros uniformados en medio de grandes espejos y lámparas colgantes, como muestra de la elegancia y el refinamiento.
Se reúnen grupos formados por empresarios, abogados, médicos, ingenieros y exministros, exgobernadores y de otros oficios, para dialogar de diferentes asuntos de la vida y sus manifestaciones. Uno de esos grupos era coordinado por el hábil periodista William Calderón Zuluaga.
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Inicialmente los temas eran sobre la política, porque desde que existe la organización social y la política como ciencia del Estado, esa disciplina ha llevado implícita el derecho y la justicia, como los pilares sobre los cuales descansan las civilizaciones democráticas y la normas que regulan la conducta de los gobernantes y los derechos de los ciudadanos para su convivencia.
Posteriormente se fue ampliando el número de asistentes que dieron origen a un Centro de Estudios Colombianos, que analizaba no sólo el derecho público y sus relaciones sociales, sino de exaltar las calidades de quienes han aportado sus conocimientos a las ciencias sociales. Por esa razón, el pasado 24 de julio, el Centro de Estudios, le rindió un homenaje al profesor Julio César Ortiz Gutiérrez, por haber sido distinguido como post doctor Honoris Causa de la Universidad de Bolonia madre del derecho europeo.
Julio César Ortiz Gutiérrez es un nombre que, en los anales del Derecho colombiano, se pronuncia con respeto que ameritan la integridad, el saber profundo y la vocación pública. Este hijo ilustre de la Academia del Derecho, formado en las aulas del Externado de Colombia, se formó en las fuentes del Derecho Administrativo, no ha cesado en su itinerario del saber.
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La Universidad de Bolonia, le confirió ese importante título de reconocimiento reservado a los espíritus cultivados que, como él, han dedicado su vida al pensamiento jurídico sin extravíos ni claudicaciones. A este honor se suma su especialización en Derecho Público Comparado en el Instituto de Estudios Europeos de Turín, su paso como investigador en la Corte Constitucional Italiana, y sus estancias académicas en la UNAM, donde dejó testimonio de su solvencia como investigador y docente en Derecho Constitucional.
Ortiz Gutiérrez ha encarnado una forma de ser jurista que hoy resulta excepcional; ética sin alardes, pensamiento sin dogmas, liberalismo sin ataduras. Su espíritu libre, ajeno a los gritos de la coyuntura, ha mantenido un compromiso férreo con los valores democráticos, con el respeto a la dignidad humana y con el uso razonado de la ley como herramienta de equidad que ojalá mantenga en las propuestas forzadas de una nueva Constituyente.
En su trasegar institucional, sobresale su paso por la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, donde con rigor y ponderación participó en la difícil tarea de elegir jueces probos, y su ejercicio como magistrado en la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y en la Corte Constitucional, donde dejó huella de una inteligencia reflexiva y ecuánime. Ese legado lo hizo acreedor a un sitial en la Academia Colombiana de Jurisprudencia, faro del pensamiento jurídico nacional.
Conversar con Julio César Ortiz, es entrar en el terreno apacible de la razón lúcida. Su palabra, meliflua y serena, nunca se impone con desdén ni altivez. Habla como quien ha leído mucho, ha vivido con atención, y ha entendido que la verdad, solo se aproxima cuando se escucha al otro con respeto.
En tiempos de estridencia y cuando en la polarización, es más rentable el descrédito que el argumento, el doctor Ortiz Gutiérrez, ha preferido la vía difícil de la razón serena, la paciencia ilustrada y el respeto como método. Su tarea en ese centro de estudios es una forma de pedagogía democrática que merece ser preservada. Escuchar allí, debatir allí, equivale a recobrar la confianza que en el país se puede pensar con decoro y profundidad.
Ese homenaje no solo fue un gesto de gratitud, sino una celebración del mérito silencioso, del trabajo serio, del ejemplo que edifica. A Julio César Ortiz Gutiérrez, escalador de las altas cimas del Derecho, donde abrevan la inteligencia, la dignidad y el esfuerzo, ha sido un ejemplo de rectitud.
En una de las numerosas mesas estuvimos los exministros Alberto Santofimio Botero, quien fue abordado por la presidente del club para expresarle su afecto, Alfonso López Caballero, Miguel Merino Gordillo, el periodista Julián Parra de La Noche en RCN y el suscrito columnista, que al unísono pensamos que, hasta ese bello acto de dialogar, intercambiar opiniones y sentimientos ha sufrido un cambio fundamental en su esencia y contenido.
Se mermó el acercamiento y la exposición de las ideas de los argumentos y el análisis, porque lo sustituyó la inteligencia artificial, a través de la distorsión de la información de las redes sociales, y porqué no decirlo, los años imperiosos sobre la humanidad de algunos amigos que escuchan solamente como si todas las alegrías se hubieran escapado de sus corazones, como una lluvia de cenizas hubieran caído de los cielos en medio del ruido desesperado de aves marinas salidas de un incendio. Es la tragedia de la vida que debemos superar con la rueda catalina de nuestro espíritu, para continuar intercambiando ideas, pensamientos sobre la vida que debemos disfrutar hasta que suene la diana señalando el olvido.
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