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Mientras Ibagué se hunde, Hurtado festeja

Mientras Ibagué se hunde, Hurtado festeja

Inexplicable la paradoja que se registra en Ibagué. Por un lado, la ciudad acusa graves problemas de suministro de agua potable, varios sectores realizan paros reiterativos pidiendo el vital líquido, los taxistas realizan paros exigiendo control a la piratería del transporte urbano, el desempleo crece, la inseguridad campea y la malla vial destruida; por el otro, los funcionarios en sus mayoría contratistas de la Administración Municipal desde hace 15 días, están dedicado de tiempo completo a la organización de la fiesta de su jefe, el exalcalde Andrés Hurtado.

Esto nos muestra el grado de politización de la Alcaldía de Ibagué, dedicada por completo, a organizar la campaña del mitómano y fatídico exalcalde Andrés Hurtado, en sus deseos de llegar a la Gobernación del Tolima.

La campaña tempranera de este candidato, tiene como motor principal la burocracia municipal, donde además del nepotismo, manifestado en los cargos que ocupan hermanas, tíos, tías, sobrinos y  compadres tanto de Hurtado como de su esposa en la administración central y en entidades como el IBAL, Infibagué, Gestora Urbana, Ibagué Limpia, entre otros,  más los cerca de cuatro mil contratados por órdenes de servicio, constituyen una gigantesca maquinaria electorera que no prestan un servicio concreto a la comunidad ni les interesa la solución de los problemas reales que tiene la ciudad. Sólo están para trabajar en la campaña de Hurtado.

Entretanto, Ibagué se hunde en problemas tan delicados como la falta de agua, las elevadas tarifas del IBAL, la inseguridad, el crecimiento de las cifras de desempleo, los paros los taxistas, el espacio público tomado por los avivados, el centro de la ciudad convertido en un muladar, sus principales símbolos históricos como el parque Manuel Murillo Toro, la plaza de Bolívar  y la plazoleta Darío Echandía, convertidos en cocinas del colesterol, no queda más que lamentarnos por esta indolencia de sus gobernantes para administrar la ciudad. Y pensar que, entre ellos, se encuentra Hurtado que es el jefe real de la administración municipal, ya que la alcaldesa Johana Aranda y su esposo Juan Arturo Gutiérrez, se limitan a obedecer las órdenes de su jefe.

Crítica esta situación, cuando quienes tienen la responsabilidad de ofrecer solución a los problemas de la ciudad, se ocupan en campañas políticas, organizando actos como el de este sábado 14 de septiembre en el Néctar Arena, donde se camufla una manifestación electoral con el pretexto de la celebración del día de la amistad, siendo el beneficiado el exalcalde Hurtado.

Mientras Ibagué se hunde, sus autoridades festejan un evento político que no tendrá control de ninguna autoridad. Sin duda será un acto para el derroche donde el costo necesariamente es altísimo. ¿De dónde sale el dinero para financiar este tipo de eventos?, pregunta que seguramente quedará en el aire, en este caso el organizador mayor guardará silencio en su acostumbrado cinismo de que todo le resbala.

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