Ahora que se acerca la temporada de diciembre nada mejor que recordar aquellos acetatos de 33, 45 y 78 revoluciones que bajo el sonoro nombre de "14 Cañonazos", nos hacían bailar en cualquier fiesta hasta el amanecer.

Eran otras épocas de una sociedad más pacata y pudorosa que  nunca imaginó géneros como el lanzado o vulgar reguetón según el punto de vista de cada persona, que hoy con la tecnología transformó en forma radical la forma de la rumba.

Hoy no son aquellos redondos y circulares discos negros de las tres dimensiones citadas en el ´primer párrafo, los que se coleccionaban en las casas o se cargaban debajo del brazo de fiesta en fiesta. Tampoco existían  los juegos de luces sicodélicos y multicolores como hoy, eran los bombillos de resistencia o tubos de alumbrar fluorescentes los que aclaraban la noche.

Y en un artículo publicado en la página web de la Radio Nacional de Colombia, bajo el título "Disco Fuentes: 85 años de patrimonio sonora", nos recuerda esta bella época de vitrolas, rokolas y grandes equipos de sonido, lo mismo que las grandes agrupaciones musicales que causaban furor.

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Por eso, hemos querido transcribir esta nota fechada el 3 de nobimbre de 2019, cuyo texto completo dice: "Durante las primeras décadas del siglo XX, la discografía colombiana, al igual que la de otros países de Latinoamérica, vio abocado su nacimiento a las compañías grabadoras que tenían la infraestructura para lanzar discos en México y los Estados Unidos.

Pese a que las primeras grabaciones de artistas colombianos provienen del año 1908 (dueto Pelón y Marín en México), hubo de pasar un tiempo prudencial antes de poder hacer lo propio en nuestros territorios. Y el pionero del asunto fue el productor cartagenero Antonio Fuentes Estrada (1907 – 1985), quien de ser empleado farmacéutico pasó a la industria discográfica al fundar, el 28 de octubre de 1934, el primer sello sonoro del país, y uno de los más antiguos de Latinoamérica: Discos Fuentes.

Bajo el amparo del logotipo que representa a la Torre del Reloj de Cartagena, la casa disquera empezó su historia grabando a músicos extranjeros de paso por Colombia, para luego iniciar el lanzamiento de trabajos de artistas propios, pioneros en sus estilos, como Guillermo Buitrago y su vallenato guitarrero, y José María Peñaranda con sus letras picarescas. Junto con ellos vinieron Alejo Durán, Esther Forero, Lucho Bermúdez y Clímaco Sarmiento. Su música era grabada en los estudios de la Emisora Fuentes, nacida en 1932 también por obra y gracia de don Antonio Fuentes.

Fue hacia 1943 que por fin Fuentes tuvo su propio andamiaje para fabricar discos en el país. Luego, en 1954 se trasladó a Medellín, y en 1961 lanzó el primer compilado que se conoció en Colombia y que hoy sigue siendo referencia: “14 Cañonazos Bailables”.

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Discos Fuentes ha sido una discográfica pionera en muchos sentidos. Gracias a ella Colombia posee un acervo de grabaciones de la Costa Caribe y Pacífica, así como de música popular, isleña y moderna, con nombres en su catálogo como los de Alfredo Gutiérrez, Andrés Landero, Calixto Ochoa, Peregoyo y su Combo Vacaná, Aníbal Velásquez, Lito Barrientos, el Combo Los Galleros, los Teen Agers, Los Hispanos con Rodolfo Aicardi, las “Cuerdas que lloran” de don Antonio, Fuentes, El Caballero Gaucho, Los Diplomáticos, Los Graduados con Gustavo “Loko” Quintero, Carlos Román, Los Bestiales, Bovea y sus Vallenatos, Los Líderes, Los Corraleros de Majagual, Fruko y sus Tesos, Joe Arroyo, los Latin Brothers, Los Tupamaros. Wganda Kenya, Afrosound, La Sonora Cordobesa, la Montería Swing, Los Yetis, Carlos Martelo, Los Brujos del Son, Pedro Laza y sus Pelayeros y decenas de artistas más.

Esta semana, Colombia celebra el patrimonio sonoro encerrado en los 85 años de historia de Discos Fuentes que se cumplieron el 28 de octubre. Por eso, los artistas que hacen parte del sello son nuestros Artistas de la Semana".