Crónicas
Ese murió de coronavirus
Eran las 7:30 de la noche del viernes 3 de abril cuando recibí la llamada de Alberto. Un pequeño diálogo nos llevó al tema mundial, el coronavirus. Me dijo que su mamá quien vive en el límite con el barrio Primero de Mayo cerca al cementerio San Bonifacio veía muchas personas con trajes como espaciales.
La Policía junto a la Fiscalía había acordonado el lugar. Los vecinos en el voz a voz y vía wasthApp indican que el hijo del viejito que atiende la tienda de la esquina murieron por cuenta del coronavirus. Él llegó de España hace unos días y hasta ahora se vuelve a tener noticias de ellos.
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Conocedores de esta información procedimos a llamar a la oficina de Comunicaciones de la Policía. Con este ya son 4 los casos donde la comunidad de Ibagué en muertes fortuitas empieza a rumorar, a inundar con el voz a voz que un vecino suyo ha muerto de coronavirus.
Poco a poco nos acostumbraremos a ver más este tipo de episodios que pasaban desapercibidos en algunos casos por el afán del día. Ahora con la pausa y silencio del aislamiento social las ventanas están atiborradas de ojos nocturnos, que al son de un hecho parecen manadas contando un chisme, porque algo en este pueblo va a pasar.
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