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Una decisión para polarizar

Una decisión para polarizar

Colombia, es un hecho, está polarizada políticamente y hace rato. Los sectores extremos de los partidos se han fortalecido. Las plataformas políticas y las propuestas políticas nunca habían estado tan alejadas como ahora. Izquierda y Derecha. Si está de acuerdo con criterios de la izquierda es guerrillero y si es consecuente con posiciones de la derecha se es paramilitar

Lo cierto también es que hay personas que se identifican con liderazgos nacionales como el de Álvaro Uribe o Gustavo Petro, pero no identificados con los extremos, es decir, no siempre se puede expresar que la polarización se pueda enmarcar en radicales de derecha o izquierda, más si en las propuestas de la visión de Estado.

Una de las causas del debate agrio se da por la falta de credibilidad de los medios nacionales que sesgan la noticia de acuerdo también a intereses. Solo tienen el 48 por ciento de fiabilidad, permitiendo que en las redes sociales se realicen verdaderas batallas de improperios y descalificaciones de todo tipo exacerbando aún más la opinión.

 En esta realidad que vivimos pierde necesariamente el país, porque el enfrentamiento en muchos casos no oye ni entiende razones. Posiciones políticas que en algunos casos valdría la pena debatir para lograr acuerdos que beneficie a toda la comunidad, se quedan en la descalificación sin argumentos que tengan rigor.

Antecedentes de procesos que se pudieron aprovechar para unir el pueblo alrededor de banderas de beneficio común son muchos. La paz, la corrupción, cómo combatir el narcotráfico, entre otros.   Pero los intereses políticos y económicos han prevalecido siempre sobre el interés general. La gran culpa la ha tenido la institucionalidad.  Congreso, Sistema Judicial, Presidencia, Entes de control.

Es de interés nacional lo recientemente ocurrido, ha tenido toda la atención de medios nacionales y comentado en varios internacionales, la reciente medida de aseguramiento que la Corte Suprema de Justicia ha dictado sobre el expresidente y hoy senador de la República Álvaro Uribe, que es imposible no referir a ese hecho jurídico que trae consecuencias políticas y de otros órdenes.

La pregunta es, si era evidente que el expresidente Uribe se escapara o en libertad afectara el proceso. Claro que no.

Esta decisión que ha tomado la Corte tiene razones de tipo político, es una posición revanchista contra uno de sus mayores críticos. Nadie entiende como dejan libre a Santrich y hacen una extensísima y floja valoración para justificar una medida de aseguramiento para Uribe,

Torpe decisión la de la Corte, creando un nuevo hecho político para radicalizar posiciones y ahondar más la polarización. Era tan grave que Uribe se pudiera defender en libertad como lo hace un gran número de aforados, qué decir de algunos violadores, secuestradores, narcotraficantes que por cuenta del proceso de paz están en el Congreso sin pagar un día de cárcel. Si le abrieron la puerta de la cárcel a Santrich para que se volara, nos vienen a meter el cuento estúpido de que Uribe es el peor criminal que hay que tenerlo encerrado porque es un peligro social y por lo tanto se le niega la posibilidad de defenderse en libertad…… Ese cuento a otros.

 

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