Por: Humberto Leyton

Dentro de los comunicadores que les ha picado el bicho de ser candidatos a las corporaciones públicas, se encuentra Carlos Sepúlveda, quien maneja un programa en la emisora Ondas de Ibagué, "Opinión Independiente", pero se le critica porque de independiente tiene poco ya que expresa el pensamiento del mayor accionista de esa emisora Pompilio Avendaño.

De todas maneras es de reconocer que el amigo Sepúlveda, nunca ha escondido su posición política y ha sido frentero para decir a qué bando pertenece, cosa que algunos ocultas no obstante de estar comprometidos hasta los tuétanos con dirigentes y directorios políticos del Tolima e Ibagué y, de también, estar aspirando a cargos de elección popular, como en el caso de Rubén Darío Correa, director de noticias de la Cariñosa (RCN), quien ha iniciado una campaña tempranera a la alcaldía de la Ciudad Musical. 

El caso concreto que nos ocupa, Carlos Sepúlveda, aspira a reemplazar en el concejo local a Víctor Ariza, quien llegó a nombre de Aico (Autoridades Indígenas de Colombia), pero que fue elegido con financiación y votos de Pompilio Avendaño Avendaño y después ni al teléfono le volvió a pasar a su mentor político. Al parecer, Sepúlveda podría estar acompañado en su aspiración al concejo por Fredy Torres, director de Acopi y socio de Avendaño en dos empresas y por Alexander Mendoza, expresidente de la Cámara de Comercio de Ibagué y textilero de esta ciudad.    

Hasta el momento se desconoce la propuesta del candidato del pompilismo al concejo de Ibagué, pero todo indica que ese movimiento quiere asegurar que la persona que llegue a esa posición sea un hombre de confianza para no tener que repetir la experiencia de Ariza.

La participación de periodistas, comunicadores o personas relacionadas con medios de comunicación en pleno ejercicio de su profesión, abre un debate interesante sobre las relaciones periodismo-política y qué independencia, objetividad e imparcialidad pueden ofrecer a sus lectores, televidentes u oyentes, quienes están abiertamente encampañados, escoltados de políticos profesionales también cómplices o comprometidos en actos de corrupción, especialmente de la administración pasada.

En el caso de Sepúlveda, hemos dicho que reconocemos su honradez en el sentido que acepta pertenecer a un movimiento político que expresa las ideas y posiciones, especialmente las de Pompilio Avendaño, donde los oyentes saben a qué atenerse sobre el contenido que se emite en su programa. No está engañando a nadie.

Lo que no se puede pasar por alto son aquellas noticias supuestamente inocentes que nos presentan ciertos directores de noticieros cargadas de contenido político, con beneficio propio de campaña electoral, donde se utilizan fuentes plenamente identificadas y militantes de partidos y movimientos políticos con marcados intereses de grupo. Esa manipulación no se puede aceptar y se debe denunciar y debatir.

Le deseamos éxitos a Carlos Sepúlveda en su aspiración, al menos sus oyentes y seguidores saben a qué aspira y no esconde nada.

Entretanto, pensamos que los demás aspirantes a cargos de elección popular deben seguir su ejemplo, mostrar sus cartas y no esconder sus verdaderas intenciones ni mucho menos utilizar trampolines para hacer política,  como las fallas, errores e incluso presuntas irregularidades e injusticias que se puedan presentar cada que existe una revisión o incremento en el cobro del impuesto catastral con el fin armar trincheras electorales.

Históricamente la relación periodismo-política ha estado ligada al desarrollo social, político, económico y humano, no será el primer ni el último debate que se registre sobre este tema. De nuestra parte, desde la tendencia liberal-socialdemócrata, que hemos sostenido desde siempre, nos aprestamos a participar con argumentos, respeto, humildad y tolerancia, en este debate, donde desde tribunas aparentemente noticiosas, imparciales y objetivas,  se nos quiere meter gato por liebre.