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¿Saben realmente qué celebramos?

¿Saben realmente qué celebramos?

Para hacer un poco de historia sobre el origen del día del servidor público, toca remontarnos hasta el 7 de junio del año 1978, cuando en la ciudad de Ginebra (Suiza), fue instalada la 64ª Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo - OIT, con el fin de discutir sobre las relaciones de trabajo en la Administración Pública. Allí, tras largas semanas durante las que representantes de los Estados miembros protagonizaron intensos y agotadores debates de orden legal, académico y filosófico sobre la universalización del derecho de los trabajadores a la negociación colectiva, nace lo que en mi humilde opinión, es quizá el convenio internacional más importante para nosotros los empleados públicos del mundo; pues recordemos que desde el año 1949, todos los demás trabajadores -incluidos los oficiales- ya contaban con su derecho a la negociación colectiva. Es así que el día 27 de junio de 1978, la OIT adopta su Convenio 151, el cual abrió la puerta para qué, así como los trabajadores oficiales y privados ya tenían su derecho a negociar en igualdad de condiciones con sus patronos y fijar sus compromisos en convenciones colectivas; los empleados públicos pudiéramos hacer lo mismo y suscribir lo pactado en acuerdos colectivos. Pero, como en nuestro paquidérmico Estado la implementación de todos estos convenios internacionales está sujeta al cumplimiento de unas muy particulares formas, no solo para su revisión, sino también para su ratificación y definitiva viabilidad jurídica; tardamos cerca de 35 años para establecer la fecha del 27 de junio como Día del Servidor Público (Decreto 2865/13) y poner en practica nuestro derecho a negociar y suscribir acuerdos colectivos (Decreto 160/14). Con ésta breve reseña quizá podamos comprender la magnitud e importancia histórica que para los servidores públicos tiene el Convenio 151. Su relevancia es tal, que muchos países -entre ellos Colombia- decidieron escoger como fecha para celebrar anualmente el día del servidor público, el mismo día en el que la OIT lo adoptó, o sea, el 27 de junio.

Solamente aquél que conoce ésa relación intrínseca e inescindible que existe, entre el día del servidor público y nuestro derecho a negociar y suscribir acuerdos colectivos, puede fácilmente entender la evidente desconexión e incoherencia de una administración pública que celebra con bombos y platillos el día del servidor público, pero que al mismo tiempo incumple los compromisos adquiridos en los Acuerdos Colectivos suscritos con sus Sindicatos. Lo mismo pudiéramos pensar de alguien que mantiene propinándole palizas a su mascota, pero que nunca se pierde una marcha contra el maltrato animal o de cierto padre de familia que irresponsablemente incumple sus obligaciones alimentarias para con su menor hijo, pero insistentemente solicita su custodia. Sé que suena y parece chistoso, pero es la triste realidad; la permanente incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace o se deja de hacer, es una de las principales razones por las que hoy en día los gobiernos de todos los niveles, padecen la falta de credibilidad y arrastran un inmenso desprestigio.

Todavía tengo gravado en la memoria como ingrato recuerdo, aquél noviembre del año 2018, cuando expuse ante la Asamblea Departamental, los innumerables incumplimientos de compromisos adquiridos por parte del entonces Gobernador Barreto, cuando su gobierno suscribió el Acuerdo Colectivo 2017-2018 con las diferentes organizaciones sindicales que agremian a los empleados públicos de la Gobernación del Tolima. No puedo olvidar la cara de asombro e incredulidad de los Diputados, en especial los doctores Alexander Tovar y Julián Gómez, al observar la extensa relación de incumplimientos y por supuesto, la desfachatez con que el Dr. Eyber Javier Triana, Secretario General de la época, evadió hasta el final y de todas las formas posibles, el debate público sobre los mismos. Ya en el año 2019 y de manera pública, mediante una rueda de prensa a la que asistieron numerosos medios de comunicación, le contamos a los Tolimenses que nuevamente el Gobernador Barreto había incumplido muchos de los compromisos adquiridos, ésta vez correspondientes al Acuerdo Colectivo 2019-2020. Respecto al cumplimiento de los compromisos con sus funcionarios y por lo visto en los medios durante ésta pandemia, queda claro que el exgobernador Barreto no cumple sino años, así los celebre a escondidas… bueno, quizá no tanto.

Hoy en día, como si todos los protagonistas viviéramos un Dejavú, vemos con profunda frustración como nuevamente el Gobernador Orozco, otrora miembro del incumplido gobierno Barreto y los ahora Secretarios de Despacho Julián Gómez y Alexander Tovar, otrora Diputados; sin asombro alguno, mantienen intactas las vergonzosas prácticas del exgobernador y continúan incumpliendo los compromisos pactados en el Acuerdo Colectivo 2019-2020; con el agravante que al Gobernador Orozco, ahora le toca cumplir con todo lo que dejo de hacer durante el primer semestre del año y lo que nunca hizo su mentor durante los años 2017, 2018 y 2019; porque debe quedarle muy claro al Tolima, que a la fecha -así parezca increíble- todavía restan por cumplir compromisos correspondientes al Acuerdo Colectivo 2017-2018. Los citados gobiernos -cual siameses- umbilicalmente unidos en el incumplimiento, la falta de seriedad y el irrespeto por los compromisos adquiridos; siguen con los mismos y en las mismas. En éste gobierno la desidia ha llegado a tal extremo, que no contentos con incumplir los acuerdos, ahora incumplen hasta con las reuniones del “Comité de Seguimiento” al cumplimiento de los mismos; escudándose ridículamente en la imposibilidad de reunirse presencialmente, cuando los Consejos de Gobierno y hasta el Folclorito, los hacen virtualmente. Ojalá el Gobernador Orozco no tarde mucho en entender, que la única y mejor forma de honrar a sus funcionarios, es cumpliéndoles con lo acordado.

Para terminar quiero dirigirme a Ustedes, los que tienen muy claro que su jefe es el ciudadano que está parado justo enfrente esperando ser atendido; que siempre se deberán a la institución y jamás a un gobierno; que su cargo no es un instrumento para hacer política y mucho menos fortuna; que la única forma para dignificarse como personas es el servicio; que no existen para ser un comité de aplausos, ni son un tapete para ser pisoteados por sus superiores; que sin exteriorizar su dolor, cargan esa cruz de vergüenzas y escándalos generados por los gobiernos de turno, pero que públicamente saben portar en su pecho, con la frente en alto y orgullosos, el hermoso escudo de la Gobernación del Tolima… A todos Ustedes compañeros, con toda mi admiración y respeto, les deseo un muy feliz y merecido día del servidor público.

 

Por: José Gabriel Tobar Tribin

Abogado Especialista en Derecho Administrativo

Presidente - SINDEPTOL

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