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No solo se trata de cambiar ministros

No solo se trata de cambiar ministros

Por Carlos Alberto Estefan Upegui

*Exgobernador del Tolima


El Consejo de Ministros de este 15 de julio se caracterizó por el disgusto del presidente Gustavo Petro con su propio gabinete. El cuestionamiento público a sus ministros le imprimió un extraño sabor al ambiente de trabajo que todos los colombianos, por el contrario, esperábamos fuese armonioso y diligente.

Pero aún, más confuso resultó el hecho, cuando el primer mandatario dijo sentir traicionado el proyecto político que lo llevó al poder.

Grave, gravísimo y muy desalentador para sus seguidores escuchar dichos señalamientos, semejantes a cuando se encuentra «el ladrón dentro de casa», y más delicado aún, cuando estos comentarios los hace en general y no sobre persona en concreto alguna.

Bueno fuera saber específicamente contra quién van. Y si su disgusto corresponde propiamente a la incapacidad de sus ministros para desempeñarse en sus cargos o si se refiere realmente a una supuesta «conspiración desde adentro».

Indispensable asegurarse, entonces, con quiénes resuelva integrar su nuevo equipo de gobierno. Para estos consejos de Gabinete, quizás resultase más lógico y práctico, realizar un pre-gabinete o reunión previa a la transmisión por televisión, pedir cuentas y revisar detalles, para no salir improvisadamente ante el público televidente, como dice la expresión popular, a «mostrar la peladura» o a sacar a la luz sus defectos o incluso a poner en evidencia sus vulnerabilidades.  Lo cual, no habla bien del Gobierno ni es claro su propósito estratégico.

Se dice que han sido 55 ministros tras dos años y cinco meses en el poder, mientras el gabinete está conformado por 19 ministerios; 10 superintendentes, 59 embajadores, 39 viceministros y 104 directores.

De quienes sería bueno saber también qué pasa con todos ellos. Así mismo, con los del segundo y tercer nivel, quienes muchas veces determinan el éxito o fracaso de los proyectos. Además, son inamovibles, por encontrarse en carrera administrativa y vienen de gobiernos anteriores.

Entre tanto, igualmente existen los vinculados mediante órdenes de prestación de servicios OPS, quienes conforman una nómina paralela de más confianza, pero inestable laboralmente.

Esa es la realidad de la administración pública en Colombia en todos los organismos del Estado, clientelizada, paquidérmica e ineficiente y que debe ser objeto también de una reforma para corregir sus defectos. Ya lo habíamos comentado en anterior publicación, y lo repetimos en esta, porque no ha perdido vigencia:

Sí bien se trata de estructuras corporativas no en línea, donde cada uno de los actores desempeña un rol específico, es a la administración a la que le concierne coordinar y articular su trabajo.

También dijimos que es de elemental consideración hacer énfasis en la necesaria e indispensable aplicación de los principios administrativos de dirigir, coordinar, ejecutar, evaluar, controlar y reprogramar, siendo enfáticos en que si se deja de aplicar uno de ellos además de organizar y planear, se da al traste con una buena gestión. 

El Presidente enfrenta el reto de rectificar sus fallas en el manejo de estas reuniones y luego de haber recompuesto su equipo, definir una hoja de ruta clara y con responsabilidades específicas para el tiempo que le queda…

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