Por Carlos Alberto Estefan Upegui

*Exgobernador del Tolima

BRICS es la sigla que representa la organización formada inicialmente por Brasil, Rusia, India y China, a la cual en 2010 se unió Sudáfrica. 

Luego de consultar información idónea sobre este tema, podemos constatar que el BRICS también posee la categoría de «Miembros Asociados», u observadores, que no forman parte oficial del bloque, pero sí reciben apoyo de él. 

Entre esos «Miembros Asociados» se cuentan: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.«» /(Fuente:LC. HISTORIA. Revista Digital de Historia). 

Entre tanto, Colombia no es miembro pleno, aunque sí ingresó al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), un banco multilateral del grupo, lo cual significa que puede acceder al financiamiento de los proyectos del banco, pero repito, no es parte del bloque político y económico como tal. 

El BRICS como grupo, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y busca fortalecer la cooperación entre sus miembros, además de promover su influencia global. 

En tales circunstancias, la determinación de ingresar al BRICS representa un “desafío” y a la vez un “reto”, entendiéndose, lo primero, como la acción de superar dificultades y probar habilidades, mientras el “reto”, está más asociado con objetivos, competencias o tareas. 

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La participación del BRICS en su conjunto en el PIB mundial, se calcula en un 31.5 %, sobre todo por el peso específico que tienen China e India.  

Entonces, luego del desafío que representa vincularse a este grupo de países, el reto para el gobierno colombiano queda planteado en el posible acceso a nuevos mercados, pero muy especialmente en conseguir del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) como fuente de financiamiento alternativo, líneas de crédito más flexibles tanto en infraestructura, como en salud y medio ambiente, y de manera particular en energías renovables. 

Así mismo, a criterio de los analistas, «la membresía en los BRICS le permitiría a Colombia tomar decisiones más independientes en materia económica y financiera». Pero, la verdad es que le exigiría adaptarse también a las políticas y normas del bloque, lo cual, suponemos nosotros, conlleva compromisos que ya dichos países tienen políticamente entre sí.

La decisión de diversificar las relaciones internacionales y participar de este Bloque, en el momento en que las relaciones comerciales de los países que la conforman se han visto afectadas por el incremento arancelario del gobierno de los Estados Unidos, podría también representar nuevas oportunidades de negocios.

Estamos ante un pulso entre dos grandes bloques con marcadas diferencias filosóficas y políticas, donde Colombia está llamada a actuar con mucha inteligencia, sigilo y prudencia. 

Pero, lógicamente, no deja de ser una experiencia interesante, por lo menos audaz, que no está bien esquivarla, criticarla, ni mucho menos tratar de torpedearla sino de aprovecharla.

 ¡Aunque…! No es fácil…!!