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No hay tiempo de llorar
Una tarde del mes de mayo, en pandemia, se empezaron a oír notas y voces de mariachis frente a los diferentes edificios, interpretando las canciones que algunos residentes se atreven a solicitar. Este ejercicio se realizó por el barrio, durante dos días continuos, esperando les ayudaran con unos pesos. Dos días después aparecieron comparsas bailando al ritmo de tamboras, frente a los mismos edificios, terminando la semana con conjuntos de acordeón, guacharaca y caja, buscando el mismo fin que los primeros.
La necesidad tiene cara de perro, dice el adagio. El arte se salió a los espacios públicos, exponiéndose para evitar su inanición por cuenta del aislamiento. Duele que este sector, que tanto alienta el espíritu y sobre todo en época de Covid, no tengan apoyo. Los mandatarios se inflan en reuniones sociales y sobre todo cuando se trata de hacerlo fuera del país cuando se refieren a Ibagué como Ciudad Musical, pero son mezquinos cuando revisan las apropiaciones del presupuesto para apoyarlos. Esperamos que estos dos gobiernos el Municipal y el Departamental lo hagan diferente.
Mientras que la clase política sigue en lo mismo de siempre, discusiones etéreas muchas veces a los planes de desarrollo, empréstitos que no cumplen los requisitos, mercados contaminados de política, concejales denunciando posibles atentados, que Odebrech financió a Santos, si son válidas o no las reuniones virtuales para votaciones en el Congreso y la polarización de siempre -Uribe Petro-, como si esto fuera a traer las soluciones que necesita el país.
Los que realmente sostienen los empleos, la productividad y el crecimiento están es preocupados pensando como reinventarse para seguir vigentes y no tener que cerrar puertas, evitando que nuestra fuerza laboral cada día acreciente la cifra de desocupados. En mayo, según datos del DANE, Ibagué llegó a la abultada cifra de 25.1 por ciento en tasa de desempleo, después de Neiva que ocupó el primer puesto con un 25.8 por ciento. Desafortunadamente no vemos u oímos en las interminables sesiones de Asamblea o Concejo, propuestas concretas en cómo iniciar esta reactivación y evitar crezca este indicador económico. Los alcaldes y gobernadores recibieron las llaves del gobierno nacional para que de acuerdo a su criterio y las realidades de sus departamentos y municipios, administren su uso, sin descuidar lo que Duque ha llamado el – aislamiento inteligente – recuperando de manera dosificada su vida productiva.
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En Europa, se reinventan buscando como salir del atolladero económico por cuenta del Covid-19. Las empresas dedicadas al cine, han dispuesto grandes terrenos para que las familias vayan en su vehículo y sin salir del mismo disfruten de una buena película proyectada en grandes escenarios. La rumba y la cerveza se disfrutan entre el carro sin tener necesidad de salir y el disc jockey, coloca música a altos decibeles ambientando el movimiento de carros y pasajeros, igual ocurre con las empresas circenses. Ejemplos para entender que se empiezan a ver transformaciones en la cultura de las personas, ya no hay que apretar el botón con el dedo en el ascensor para marcar el número, ahora es en el piso que están los comandos de los ascensores y con el pie se señala el destino.
Gustaría que nos saliéramos de la demagogia y los discursos académicos para con títulos rimbombantes señalar las posibles estrategias para esta Ibagué y el Tolima, -del dicho al hecho se dice- y sin tanta antesala, los aguacateros del norte del Tolima están maduros como sus frutas para iniciar procesos de exportaciones, que hoy con esfuerzos, más privados que gubernamentales, ejemplo como la cooperativa de aguacateros que hay en el municipio de Palocabildo de la cual hace parte mi amigo Henry Jaramillo, lo lograron.
El norte como el sur tiene miles de hectáreas aptas para el cultivo con distritos de riego muy organizados, optimizando este recurso, nos podemos convertir en una potencia en producción de comida. El turismo es una alternativa real, al menos para Ibagué, por ahora quedará aplazada por depender de sectores que serán los más lentos en aperturar.
El sector informal, vendedores ambulantes lo había mencionado en otra oportunidad, es necesario incluirlos en el proceso económico y sacarlo de las tinieblas, explotado muchas veces por las empresas como elemento que sirve para evadir normas, impuestos y puestos de trabajo. Para esto se necesita concertación entre los gobernantes, gremios y población que depende hoy del rebusque. Sin duda alguna es una prioridad.
Es necesario y de manera rápida coger el toro por los cuernos, las fortalezas y ventajas comparativas con que contamos hay que coordinarlas para que nuestra economía salga del bache de una manera rápida, con una alta cuota de responsabilidad de los gobiernos que tienen que definir las reglas de juego, y ser parte integral del proceso, tomando decisiones con los líderes, son ellos los que entienden y viven el día a día en su entorno.
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