Por: Marco Emilio Hincapié 

El contundente triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en las elecciones de México, realizadas este domingo 01 de julio, además de ser la victoria del pueblo, son una derrota a la propaganda sucia que la ultraderecha de ese país emprendió contra el candidato de la coalición Juntos haremos historia.

Allí, como en Colombia contra Gustavo Petro, los sectores más reaccionarios y retardatarios, fieles a los postulados propagandísticos hitlerianos de Goebbels,  emprendieron una terrible campaña de mentiras, calumnias, engaños e infamias que buscaban sembrar el miedo y la incertidumbre en los electores con los mismos métodos y cuentos empleados contra el candidato de la Colombia Humana. Sin embargo, los manitos supieron digerir esta estrategia de campaña publicitaria negra que les decía que de ganar López Obrador, México sería como Venezuela.

Asustar con el castrochavismo e infundir terror en la gente no les funcionó, por el contrario, este tipo de mensajes venenosos y manipulados se les convirtió en un bumerán y los votantes aztecas por una abrumadora mayoría, escogieron la esperanza y el futuro del pueblo que a partir del primero de diciembre ocupara la casa de Los Pinos.

Ya las primeras declaraciones de AMLO, han desmentido la cantidad de falacias, donde además de insistir en su lucha contra la corrupción en ese país, similar a la que existe en Colombia, dejan en claro que su gobierno se dirigirá por tres principios: "No mentir, no robar, y no traicionar al pueblo". Además, precisa que no va a instalar una dictadura "abierta o encubierta".

Y para que no queden dudas de su respeto a la democracia y las instituciones, el presidente electo de México transmitió a sus seguidores su interés de realizar una "transición con armonía, ordenada y pacífica".

No obstante, AMLO aseguró que "los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido. Habrá libertad empresarial, libertad de expresión, de asociación y de creencias", más claro no canta el gallo.

El triunfo y posterior desarrollo del programa de gobierno del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y la coalición integrada por el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social (Juntos Haremos Historia) , que apoyaron a López Obrador, se convertirá en un aliciente de las futuras luchas que continuarán los pueblos por sus reivindicaciones sociales, económicas, políticas y estructurales que se necesitan para vivir en patrias más justas. 

La Colombia Humana representa el sentir de los sectores más necesitados de la sociedad de nuestro país, similares a los que encarna AMLO en México, por lo que tenemos puntos comunes y coincidentes y, claro está, obvias diferencias, pero en el fondo perseguimos los mismos objetivos: el bienestar social y general de los ciudadanos, la inclusión, como la lucha incansable contra la corrupción, entre otros.

México dio el paso más importante tras el logro de estas metas con la abrumadora elección de López Obrador, mientras paradójicamente y en un acto absurdo de la política, nosotros los colombianos nos tenemos que preparar una consulta contra la corrupción y las malas conductas de altos funcionarios de gobierno, contratistas y congresistas, entre otros. Qué un país tenga que acudir a estos medios de participación ciudadana pidiendo castigo para el delito, es un Estado donde todo funciona al revés, es la inversión de valores y prueba que vivimos en el Extraño Mundo de Subuso.

Estos motivos y muchos más, nos fortalecen los argumentos para continuar en la batalla que hemos emprendido desde hace años, que hoy tiene un valioso aliciente en el país azteca, que seguramente será ejemplo y guía de nuestras futuras luchas por una mejor Colombia.

Sin posesionarse aun el elegido por Uribe, ha comenzado a volver trizas el Acuerdo de Paz y las masacres de indígenas, asesinatos de dirigentes sociales comienzan a surgir, recordando actos de violencia como los falsos positivos. También se preparar una nueva reforma tributaria, donde bajo la premisa de ampliar la base de contribuyentes se busca trasladar la carga de impuestos a la clase media, empleados y trabajadores, para compensar los que el gobierno del Centro Democrático le rebajará a las grandes empresas y potentados capitalistas nacionales y extranjeros, para incrementar más la miseria de los pobres y hacer más ricos a los ricos.

Este panorama nos advierte que existen condiciones objetivas para emprender nuevos retos, y trabajar más a fondo en la educación de los electores colombianos, para que no sigan comiendo miedo ni castrochavismo, así como lo hicieron los mexicanos.