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Liberalismo del Tolima en su laberinto

Liberalismo del Tolima en su laberinto

Avanzada la noche del pasado18 de enero, en la casa de Olga Beatriz González, se realizó una reunión que era el preludio de la convención Liberal que se consumó al siguiente día en el club Campestre de Ibagué.

Allí se acordó el ungimiento de la dirigente liberal como candidata a la gobernación del Tolima 2020-2023.

Participaron, entre otros, el jefe de esa colectividad Mauricio Jaramillo y Guillermo Santos Marín; el tema principal de los acuerdos que se tomaron fue que ante el estado de salud del exsenador Santos, este tomaría la palabra en la asamblea y declinaría su aspiración al principal cargo del departamento y, en su defecto, postularía el nombre de la anfitriona de la reunión.

Este hecho fue revelado por este portal en una nota que se publicó bajo el título de

 "El liberalismo del Tolima se pone faldas" (Puede leer nota) .

Esa noche, entre eufórica y tranquila, Olga B. se acostó con su designación en las manos, sin pensar que al día siguiente la situación le cambiaría dramáticamente.

Horas antes y a hurtadillas, un grupo de simpatizantes de Santos Marín, con injerencia en la organización de la convención, cambiarían listas y nombres de delegados para asegurar mayorías de su grupo en el evento.

Esta innoble actitud política tuvo su epílogo en una reunión que se cumplió minutos antes del inicio de la asamblea liberal, cuando varios de los conspiradores se reunieron en uno de los salones del club Campestre con el exsenador y lo hicieron desistir de su abdicación, además de no proclamar a Olga B. como candidata. 

Luego, los grupos de agitación propagandística bien distribuidos en el salón donde se realizaba el evento a gritos de: !Santos gobernador...¡ !Santos gobernador...!Santos gobernador...¡  !Y ese es ...¡ !Ese es...¡ !Ese es...¡ dieron el punto final a la obra y Santos en su breve intervención ni renunció a su candidatura ni proclamó a Olga B.

Puede leer nota relacionada: Partido liberal no define candidato a la Gobernación y busca coalición

Olga B. fue sacrificada y comenzó el calvario liberal. De haberse respetado este pacto, ese partido hubiera tenido el suficiente tiempo para trabajar esa candidatura y hoy estaría entre las opcionadas a ganar la gobernación

Este fue el primer error que cometió el liberalismo. No haber escogido candidato y prolongar la situación en busca de una coalición que demoró mucho tiempo en cuajar, además del  sinnúmero de inconvenientes que tuvo para llegar a una candidata que no despertó las expectativas ni tenía la fuerza política para cambiar el panorama electoral existente en el departamento en ese momento.

El segundo error: no haber aprovechado la oportunidad que tuvo de cambiar de candidato cuando el jefe de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, demoró y vaciló para darle el aval a la señora Rosmery Martínez.

Ya los descaches infortunados de la candidata en el discurso de apoyo del liberalismo como en otros actos, habían puesto en alerta a mucho liberal como a la opinión independiente, sobre las capacidades de la candidata escogida.

Una vez quemada la nave de Olga B., la dirigencia liberal en cabeza de su jefe Mauricio Jaramillo, inexplicablemente no replanteó la situación y menos hizo por buscar una solución proponiéndole a sus aliados el nombre del exgobernador Luis Carlos Delgado Peñón, que precisamente había surgido como una salida y una solución valedera, en ese momento, para enfrentar la crisis planteada.

Delgado Peñón, por las circunstancias especiales que se presentaban y por muchas razones más, como ser conocido en todo el departamento, haber hecho una buena y transparente gobernación, estar su administración en la retina de la gente y poder realizar campaña rápida, entre otras, era el indicado para apagar el fuego en las todas liberales, atraer nuevos aliados, afianzar la coalición con Cambio Radical y convertirse en una aspiración cierta de triunfo en las elecciones del 27 de octubre.

Jaramillo dejó pasar esta oportunidad que será su dolor de cabeza y, posiblemente, una nueva derrota del liberalismo por sus erráticas decisiones. El dirigente liberal del Tolima está metido en un laberinto sin salida. Y peor aún, pensar que ante la tempestad, los familiares, amigos y seguidores del exsenador Guillermo Santos, que le organizaron la celada a Olga B. en el Campestre, fueron los primeros que salieron corriendo y hoy están apoyando candidaturas distintas a las del liberalismo como la de Mauricio Pinto (Centro Democrático), Ricardo Orozco (Conservador), José Alberto Girón (Mais y Aico);  Alfredo Bocanegra (Colombia Renaciente y Cambio Radical), entre otras.    

A menos de 40 días de las alecciones regionales, Ricardo Orozco, continúa con el camino despejado, y de no suceder un milagro o algo extraordinario, el candidato conservador será el próximo gobernador de los tolimenses, sin importar los viejos, empolvados e inocuos sumarios que se busquen para amargarle el rato.

Coletilla: Ahora bien, la situación del partido liberal es identica a la de los demás partidos tradicionales, incluyendo a los alternativos o de izquierda, divididos y anarquizados. Ya sobre este tema habiamos escrito una nota que consideramos pertinente citar: La falta de liderazgo del Tolkima

 

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