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Laudato Sí, a la hora de los Planes de Desarrollo
Los católicos de todo el mundo se reúnen esta semana para celebrar el quinto aniversario de la carta encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco, un texto corto que en 246 puntos invita a reflexionar y a pensar sobre los males de esta sociedad enferma azotada por epidemias y catástrofes.
Para muchos como yo, que cuando alguien nos interpela por religión nos declaramos creyentes, que con dificultad rezamos de memoria el padre nuestro y el avemaría, que reusamos de los sacramentos, que compramos la biblia por solidaridad con una amiga y la instalamos en la sala abierta en el salmo 91 esperando la protección de todo mal y peligro, que estamos al tanto de la promoción milagrosa de una misa de sanación, que en plan de turismo visitamos iglesias para pedir una gracia, que como el sicario de la novela nos colgamos un escapulario para no errar en el blanco de nuestro negocio, que damos gracias en las ceremonias fúnebres porque el difunto no es de la familia, que criticamos a los curas porque “predican y no practican”; resulta extraño que un Obispo de Roma nos llame la atención, en esta situación de alarma universal, coincidiendo en Colombia con la discusión y aprobación de los Planes de Desarrollo local y regional.
Crecí con la idea de que “la religión es el opio del pueblo” del camarada Marx, y si en alguna época la historia del sacerdote Camilo Torres con su discurso de amor eficaz, los curas poetas de la revolución sandinista como Ernesto Cardenal, o el sacrificio de monseñor Arnulfo Romero en el Salvador, lograron llamar mi atención por la religión cristiana, se debió a los vínculos de sus actividades con los cambios políticos y sociales que encarnaron.
Con la llegada del cardenal argentino Jorge Bergoglio a la casa de San Pedro, conocimos algunos, a san Francisco de Asís, el de la Oración por la paz, autor de El cántico de las criaturas, iniciador de la tradición de hacer el pesebre y patrono de los animalistas que apenas referenciamos al ver la imagen de la perra de San Roque. Muy poco sabemosde la doctrina católica.
Pero el texto de la Encíclica que el 24 de mayo cumple años, ha mostrado al mundo de creyentes y profanos que existe una iglesia preocupada por el destino de la Casa Común, en un documento propuesto por el actual Papaque compendia la Doctrina Social de la Iglesia al integrar planteamientos de sus antecesores, llama la atención sobre la problemática ecológica “Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza” y de las urgencias de un cambio radical en el comportamiento de la humanidad porque a pesar de los progresos extraordinarios de la tecnociencia y el crecimiento económico prodigioso, los problemas no encuentran solución y cada vez los pobres del mundo sufren más.
Es un documento avalado por las sociedad científica de cuyos aportes se alimenta para cuestionar entre otros aspectos, la globalización del paradigma tecnocrático dominante y la idea de un crecimiento infinito e ilimitado que extrae sin consideración de la madre tierra todos sus frutos beneficiando solo a un determinado grupo de poder.
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Llama a construir una cultura ecológica que no se puede reducir a dar respuestas urgentes y parciales a la degradación de los ecosistemas, al agotamiento de las reservas naturales, sino que “debería ser una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático”.
Laudato Sí, propone una conversión ecológica, que implica una sana relación entre los individuos de la especie humana y de ésta con la naturaleza, que implica reconocer los propios errores, vicios o negligencias y hacer una conversión de corazón, a cambiar sus hábitos de consumo y no un ecologismo de simulación como excusa frente al realismo pragmático que se vuelve incoherente.
Grupos apostólicos, La Mesa Ecuménica por la Paz, el Movimiento Católico Mundial por el Clima,invitan a estudiar y a seguir la encíclica, están unidos en pensamiento y oración en medio de esta pandemia para “que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza” y para que este clamor por la madre tierra llegue a todos los gobernantes y en especial ilumine los Planes de Desarrollo del Alcalde de Ibagué y del Gobernador del Tolima.
- Por Víctor Sánchez, Gestor Cultural.
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