Aunque los logros siempre son institucionales y siempre serán más importantes las instituciones que las personas, no cabe duda que el rector Omar Mejía ha ido callando poco a poco incluso a los más escépticos y ha consolidado una gestión diferente. A su llegada, Omar Mejía sufrió toda clase de ataques: los contradictores pusieron en duda su currículum y echaron a rodar rumores de la politización de la universidad, del fin de la autonomía. En medio de la peor crisis financiera de la universidad, aparecieron denuncias acerca de la legalidad de su elección. El panorama era oscuro.

Dicen quienes lo conocen, que Omar Mejía es callado, a veces, tímido, pero dentro, bulle entusiasmo y compromiso con la universidad. Así que su respuesta a los ataques fue consonante con su carácter. Calló y trabajó. Los resultados aparecieron en medio de su gestión siempre conciliadora y dialogante. Recibió una universidad con un déficit de 24 mil millones de pesos a 2015. En 2017, el déficit ya estaba en 8.700 millones; en 2018, 6.741 millones; y en 2019, el déficit quedó en cero, incluso con un saldo a favor de 4.200 millones de pesos. Cuando todos cantaban la UT está quebrada, Mejía logró superar la crisis financiera y no contento con eso, lideró personalmente el proyecto de lograr la Acreditación de Alta Calidad que había sido negada en una oportunidad. Hoy, la Universidad del Tolima ostenta la acreditación que solo tienen el 20% de las universidades colombianas. La universidad mira hacia el futuro.

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La acreditación significa no sólo el cumplimiento de estándares sino especialmente un compromiso con la investigación, la proyección social y la calidad académica. Y justamente en ese marco, Mejía ha liderado proyectos que significan el relanzamiento de la universidad. Ya está al aire Radio Universidad del Tolima, imaginación sonora. Mejía puso a disposición del proyecto toda la capacidad institucional, económica y de talento. No sólo dio la orden y buscó los recursos en la caja siempre limitada. Él mismo supervisa cada detalle. Así es con cada proyecto: detallista y disciplinado.

Aunque la matrícula cero en tiempos de pandemia surge en medio de la crisis económica y social ocasionada por el Covid-19 y fue promovida por estudiantes, Mejía respaldó el proceso. En las redes y los medios de comunicación, fueron muchos los que saltaron para apropiarse del logro que significa un salto social incalculable. Festejaron con razón los estudiantes que lideraron la petición, festejó el gobernador, festejaron sindicatos y políticos por igual. Bien por la fiesta de todos. El único que no sacó pecho fue Mejía, y sin embargo, tiene todo que ver. 

Ayudas tecnológicas para los estudiantes en medio de la pandemia, laboratorio de salud pública, hospital veterinario que esun verdadero lujo de centro… los logros siguen y siguen y se deben en buena parte a la gestión de un tipo que sigue callado y sin protagonismos, lanzando la universidad hacia el futuro.