Opinión
La credibilidad del resultado electoral
Por: Edgardo Ramírez
Los resultados electorales a los cuerpos colegiados, deben estar precedidos de lo justo, que es la conveniencia que buscan los grupos sociales y por contera la credibilidad que es por naturaleza una de las acciones humanas a que aspiran fundamentalmente las sociedades.
En varios países del mundo, el ejercicio de la política y su resultado han estado deslegitimado debido a que los perdedores fundamentan su derrota ante sus electores, en el supuesto que les han falsificado los registros, lo que han generado airadas protestas y desordenes que han llevado al traste a las instituciones democráticas, y han causado repudio de las gentes por el maltrato a los bienes de la comunidad.
El conteo de los votos en las elecciones de quienes representan a la sociedad en el Senado y Cámara de Representantes, deben ser exactos y exentos de cualquier duda que ensombrezca su realidad y corresponde a la Organización Electoral, verificar fehacientemente que los datos sean concordantes fielmente con los registros para que los aspirantes y los votantes tengan seguridad del destino de su voto.
Es desconcertante que hayan sido personas naturales quienes han detectado los errores de la Registraduría en el registro de los votos, estableciendo en qué mesas se presentaron votaciones irregulares, utilizando varios criterios de análisis para emitir las reclamaciones oportunamente.
Se ha establecido, que en una mesa, un votante dura en el proceso de depositar su voto dos minutos y cuarenta segundos, en 10 minutos votarían 5 personas, en una hora , 25 personas y en ocho horas –tiempo de la jornada electoral aproximadamente unas 200 personas, siempre que la afluencia sea permanente. Y se han evidenciado que en otras votaciones el conteo de votos en una mesa excede el cálculo se los votantes. Al existir mesas de partidos con cero votos en las consultas del 2022 se estableció que no se contabilizaron centenares de miles de votos a algunos candidatos, lo que puso en duda los registros anunciados por la Registraduria, inicialmente contabilizados y ha llevado hasta el momento a que el total de los votos escrutados no hayan sido reconocidos por algunos ex jefes de partidos que utilizan la política como una forma de venganza porque les mataron un familiar y manifiestan que se “robaron” las elecciones porque no les favorecen. Otros porque no alcanzaron el umbral siendo hijos de líderes asesinados
Es una necrofilia política que se resiste a desparecer y lleva a algunos grupos a la ciega obediencia. Esa es una de las razones de la polarización de los partidos y la decisión de las gentes de votar por los menos capaces a cambio de continuar cargando con la muerte como pretexto de aspiraciones electorales.
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El ser hijo de una persona notable asesinada, o secuestrada no da méritos para ser dirigente nacional. El conocimiento no se transmite por vía genética ni por los medios de comunicación sino a través del estudio y la dedicación. Tampoco, deben creer esos aspirantes a ser personajes que pueden aspirar a todo cuando lo crean oportuno o pasar por encima de la ley y el procedimiento, desconociendo un resultado que beneficia a los oponentes.
El país reclama que los escrutinios electorales sean limpios y oportunos y que los perdedores acepten los resultados y garanticen la concordia nacional.
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