Opinión
¿Hasta cuándo …?
Por Juan Bautista Pasten G.
Siempre se ha considerado que los niños – especialmente, en su etapa preescolar - y los filósofos, son quienes realizan mejores y profundas preguntas (como lo observamos en artículos anteriores).
Pues bien, propongo una de esas interrogantes cruciales, para ser respondida de modo valórico e integral, vale decir, que inste a la reflexión acuciosa e impulse hacia la acción coherente y positiva.
Por cierto, en la filosofía, hay tres interrogantes llamados esenciales: a) ¿Quiénes somos los seres humanos?, b) ¿de dónde provenimos los seres humanos? c) Hacia dónde vamos los seres humanos? Todas ellas apuntan a los elementos sustanciales que nos conforman como seres vivos, así como a nuestro derrotero y destino como género humano.
Ya habrá tiempo para examinar e intentar dilucidar esos enigmas y cuestionamientos fundamentales.
- (Puede leer: La rebeldía con causa)
Ahora bien, en medio de las penosas noticias pandémicas que prevalecen en el mundo y de un virus que se resiste a abandonarnos, quiero destacar o focalizarme en la interrogante que da título a esta columna.
Efectivamente, la pandemia que nos azota ha dejado al descubierto lo mejor y peor de la humanidad, tanto individual como colectivamente. Por ejemplo, nos hemos dado cuenta de la débil respuesta de muchos gobiernos ante la pobreza y miseria que afecta a millones de seres humanos. No obstante, también hemos podido observar la solidaridad y empatía de muchas personas anónimas hacia quienes le rodean.
Conforme a lo expuesto, surgió esta interrogante necesaria y develadora del azaroso momento actual. Por lo pronto, ella incluye una gran cantidad de hechos y acontecimientos que vivimos día a día:
- ¿Hasta cuando los gobernantes del mundo entero están obnubilados ante la desgracia y la miseria que arrasa con la mayoría de sus gobernados?
- ¿Hasta cuándo se clasifica y categoriza a las personas por la cantidad de recursos materiales – léase dinero - que tienen a su disposición?
- ¿Hasta cuándo los trabajadores continúan recibiendo estipendios mínimos, los cuales no logran satisfacer sus necesidades básicas?
- ¿Hasta cuándo a los niños del mundo se les limita y obstaculiza su innata creatividad?
- ¿Hasta cuándo algunos países – y quienes los gobiernan – siguen practicando la violencia como estrategia de dominio y de “solución” de conflictos, tanto internos como externos?
- ¿Hasta cuándo las mujeres sentirán temor de ser violentadas física y/o verbalmente?
- ¿Hasta cuándo la educación, la salud y el trabajo estarán subordinadas a la economía?
- ¿Hasta cuándo seguiremos destruyendo la naturaleza en lugar de estar en armonía con ella?
- ¿Hasta cuándo el Amor continuará siendo un ideal romántico, una utopía inalcanzable?
- ¿Hasta cuándo los pobres del mundo entero serán instrumentos al servicio de los poderosos?
- ¿Hasta cuando se desperdiciará dinero para aventurarse en el espacio exterior, mientras millones de personas de nuestro planeta, no tiene cómo subsistir?
- ¿Hasta cuándo la paz, la alegría y la sabiduría serán conceptos abstractos y no realidades permanentes?
Ciertamente, podrían llenarse miles de hojas agregando contenido a esta pequeña, pero aguda interrogante. Nadie esta excluido de formularla a quienes corresponda (incluso a uno mismo). Sin embargo, no basta con expresarla, sino que debe hacerse con entereza y determinación, ya que el mundo necesita respuestas claras y acciones consecuentes, que posibiliten dar pronta y adecuada solución a la diversidad de situaciones aflictivas.
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Ahora bien, que las dificultades de la realidad presente, no nos impidan sentir, pensar y actuar con convicción y optimismo en la búsqueda de mejores y crecientes formas de existencia para la humanidad en su conjunto.
¡El esfuerzo, la capacidad y el ingenio para resolver los pequeños y grandes problemas del ser humano nos competen a todos, por tanto, cada uno debe convertirse en protagonista en la construcción de sociedades y comunidades justas y verdaderas!
“La esperanza activa nos impulsa a la solución, no, a la resignación”. J. Antúnez, pensador latinoamericano.
“La actitud determina la elección y la elección determina los resultados”. J. Rohn, pensador estadounidense.
“Toda persona es la medida de lo que siente, de lo que piensa y de lo que hace”. A. Macchiavello.
- Docencia e investigación en filosofía
Universidad de Chile
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