Por: Humberto Leyton

El ingreso de Ricardo Ferro al Centro Democrático (CD), no necesita de 'profundos análisis teóricos', sino de lógica y pragmatismo político.

El excandidato a la alcaldía de Ibagué, es el único que ha demostrado tener votos, y precisamente esta es la esencia de la política: los votos. El uribismo o CD del Tolima, es un movimiento fraccionado en átomos y partículas; cada quien se considera 'Jefe', pero carecen de electorado. Pese hacer un movimiento caudillista, que obedece a ciegas lo que diga Uribe, estos jefecillos se crean ilusiones que los embriagan con títulos y poderes políticos que no tienen, puesto que los resultados electorales son prestados y pertenecen a su único propietario: Álvaro Uribe.

En estas condiciones, la jugada de hoyo en uno, utilizando la jerga del golf, que hizo el sanedrín del expresidente, es la más destacada que se conoce en la actual campaña política en el departamento.

Aunque somos y hemos profesado a través de toda nuestra vida política, el credo de izquierda y socialdemócrata, y estamos en contra a todo lo largo, ancho y profundo de la ideología y métodos que utiliza la ultraderecha, no podemos desconocer que Uribe es un maestro para acomodar sus fichas en el sitio indicado en el tablero del ajedrez político, y lo de Ferro no es casual ni la excepción. Y no sobra decir que en esta juagada, estuvieron presentes: el propio Uribe, Francisco Santos, Juan Lozano, José Obdulio Gaviria, Paloma Valencia, Fernando Londoño y Fabio Valencia Cossio, entre otros.

El conclave cardenalicio del uribismo que produjo  humo blanco, para la llegada de Ferro a esa colectividad, no fue a las carreras sino bien calculado. Con esta decisión en primer lugar logran tener un dirigente representativo no solo local sino regional que trabaje por la cohesión de las tantas parcelas que tiene el CD; en segundo lugar, tratar de proyectar la presencia del Tolima en el Congreso con una persona, que según ellos, la pueden convertir en figura regional del uribismo en las próximas elecciones y, de esta forma, darle identidad a esa corriente en el departamento a través de Ferro; en tercer lugar, el propio Ferro sale ganador al dejar el tercer intento por llegar a la alcaldía de Ibagué, cosa incierta y por demás de difícil si Jaramillo logra presentar resultados concretos y tangibles al final de su mandato. De esto ser así, el candidato que apoye el actual alcalde, será complicado de derrotar, según estiman sectores empresariales y dirigentes políticos de las diversas tendencias.

Así las cosas, el hombre de Uribe en el Tolima no tiene dudas, será Ricardo Ferro, y solo faltan asuntos protocolarios y de mecanismos internos del CD que avalen las orientaciones que ya tienen desde el Vaticano, el resto serán imperceptibles sismos de aspirantes a curules en la Cámara de Representantes  que pueden tener la amistad de Uribe, pero que no tienen votos, y en el fondo, es lo que busca el Mesías.

Y para probar eso, el hombre de Uribe en el Tolima, lo hará en lista abierta como forma de medir la capacidad electoral de cada uno de sus integrantes. Ferro en las elecciones de 2015 para la alcaldía de Ibagué obtuvo más 51 mil votos, que se sepa, ninguno de los otros aspirantes de esa lista tiene más de 10 mil votos.