Columnistas
Emancipación generacional
“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. George C. Lichtenberg
Las discordias en política las asumen los electores como suyas, estén o no de acuerdo, y muchas veces sin saber el motivo ni la razón, solo por ganar méritos con sus dirigentes y copartidarios.
Fenómeno asociado al fanatismo que explica esa como una de las manifestaciones más frecuentes de quiénes se entregan por completo a una causa.
Personas que "... presentan poca disposición al razonamiento y se vuelven intolerantes a las críticas, con autoestima baja e impulsivas y dependientes emocionalmente de otro a quien le confieren un liderazgo incondicional" (Echeburúa y Corral, 2004).
Tanto es su condicionamiento que prefieren solamente obedecer a tener que pensar.
- Puede leer: Groserías, supuestamente "normales"
Siendo esta una conducta común dentro de nuestra política criolla y que pareciera proporcionarles su zona de confort, además de un supuesto status social que los hace sentir "orgullosos"; pretensiones que muchas veces ven frustradas por la indiferencia de sus mismos jefes a quienes con tanto afán defienden y pretenden emular.
"Algunos nacen idiotas, otros aprenden a serlo. Otros se hacen los idiotas y tratan de convencer(...)" Fuente: LyricFind.
La mayoría actúa como borregos totalmente faltos de carácter.
Y así es como mientras la historia narra cómo los esclavos eran marcados con hierro para saber quién era su "dueño", hoy solo faltaría eso con quienes ciegamente militan en este tipo causas frustrantes.
Franz Kafka, escritor de origen judío, cuya obra es considerada una de las más influyentes de la literatura universal, dice: "Un idiota es un idiota, diez mil idiotas son un partido político".
Condición que igualmente suscita la ruptura de relaciones entre amigos y parientes; además, de llegar a propiciar hasta enfrentamientos verbales y físicos aferrados a sus intransigentes consignas.
"Pasiones dañinas" que solo generan dolor, odio y rencor, como ha sido frecuente en nuestro país a lo largo de la historia.
- Puede leer: Error, olvidarse de los jóvenes
Voltaire decía: “cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es incurable” porque es corrosivo, enemigo de la libertad, del progreso del conocimiento y responsable de asesinatos, genocidios masacres, guerras, persecuciones, injusticias y violencias de todo tipo".
Ante esta cruda y tenebrosa realidad, al país no le queda más que reflexionar con serenidad e inteligencia, y procurar el cambio de estrategia en la forma de hacer política con base en principios, ideales y buenos propósitos, no con la sed de venganza y desquite imperante.
Es un llamado a la reflexión, al diálogo y a la emancipación generacional o liberación de los yugos políticos desgastados por la deshonra de sus dirigentes y la inmoralidad de sus representantes, para actuar con criterio propio y hacerse cargo de responder por su futuro.
La serenidad y sabiduría de los años representada en los mayores, también limpios, debe estar al servicio de esta causa, y aunque seamos pocos los que pensemos de esta forma, al menos deberíamos intentarlo.
"Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos puedan cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado"/Margaret Mead
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771