Por Carlos Pardo Viña | Escritor y periodista

En estas tierras a veces olvidadas por Dios, muchas veces me siento como si viviera en El extraño mundo de Subuso, la tira cómica que apareció entre 1958 y 1974, publicada diariamente en 180 periódicos de 22 países, y en el que Subuso, o Mr. Mum, veía atónito las peculiaridades del ser humano, sin emitir jamás un sonido o una palabra: Subuso era un testigo de las dimensiones desconocidas de la vida.  Mercaderes de alfombras voladoras, extraterrestres y todo tipo de situaciones extrañas que a nadie pareciera importarles, eran advertidas por la mirada de este personaje calvo, regordete, de boina y gruesos lentes.

Con los semáforos dañados, autos estacionados en las vías y huecos, muchos huecos, la movilidad de Ibagué es un desastre. A ello contribuyen tanto los ciudadanos con su pésima cultura, como las autoridades que miran impávidas el desorden. El alcalde ordena poner a la ciudad en obra, recuperaremos la malla vial, dijo. Me quedo mirando el parque Centenario, cuyas obras de pavimentación iniciaron el año pasado, tiempo desde el cual, están detenidas. Resulta que despedazaron la calle y se dieron cuenta de que las tuberías del Ibal necesitaban ser cambiadas. Infraestructura le tira la pelota al Ibal, como si no fueran juntas el mismo gobierno, y la calle que conecta el Centenario con La Pola lleva cerrada tres meses, afectando negocios y familias. ¿Tres meses? Veo godzillas dejando huellas por la ciudad.

Hoy, 18 de marzo, iniciaría la Vuelta al Tolima, el evento ciclístico más importante del departamento que llega este año a su décimo novena versión. Tres días antes, la liga de ciclismo canceló el evento este año, aduciendo que no llegaron los permisos de las autoridades viales. Al día siguiente, el Ministro del Deporte Ernesto Lucena anuncia investigación, que la Liga mintió, que los permisos sí estaban. Me parece ver mercaderes de alfombras voladoras.

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Aquí, el secretario de gobierno dice que Ibagué es segura, que los operativos han sido exitosos, que todo es un tema de percepción, que la gente miente en redes sociales y que la inseguridad no ha aumentado en la ciudad. A los pocos días, tropas del ejército comienzan a patrullar la ciudad. Y yo que pensaba que estábamos tan bien. Parece que llegaron los extraterrestres.

Nos hemos acostumbrado tanto al desgobierno, a las mentirillas, a las declaraciones que quieren hacer creer que todo está bien, que todos somos el señor Subuso. Vemos todo tipo de situaciones anómalas pero nada nos parece extraño. Seguimos nuestras vidas en silencio, como el protagonista de la tira cómica, quizá porque sabemos que en estas tierras, muchas veces olvidadas por Dios, nada nos sorprende.