Por Carlos Alberto Estefan Upegui

*Exgobernador del Tolima

«Todos unidos en un solo caudal de votos para cambiar a Colombia.».

El Pacto Histórico es una coalición de varios movimientos y partidos políticos; además de personas independientes, liberales, libres pensadores y demócratas dispuestos a promover el cambio que necesita Colombia.

Entonces, si me lo permiten, la lectura del resultado de la Consulta del pasado domingo, con 2.7 millones de votos para la escogencia del precandidato presidencial y demás nombres a Senado y Cámara, ha sentado un precedente muy importante en la vida democrática del país.

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Resultado que pudo haber sido aún mayor a no ser por los inconvenientes y las fallas logísticas experimentadas.

Lo cierto es que los votos escrutados son suficientemente representativos para concluir que el Pacto Histórico tiene más electores que la mayoría de los partidos políticos en pasadas elecciones.

De esta forma, lo que se ve venir es el fortalecimiento del Frente Amplio multipartidista y de ciudadanos independientes que aseguren la elección del próximo Presidente de la República, un Congreso de la misma línea con mayoría absoluta; además, de hacer posible una Asamblea Nacional Constituyente que garantice los derechos fundamentales de los colombianos.

Dispuestos todos a no permitir que vuelvan al poder quienes se les ha señalado de corruptos.

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Por tal motivo, los que resultaren elegidos y con ellos, los que llegasen a participar de la administración pública como funcionarios o en su calidad de contratistas del Estado, tendrán la gran responsabilidad de actuar con rectitud, dentro de la ley, la moral y la ética. De no ser así, todo se habrá echado a perder, porque no tiene sentido continuar en las mismas.

En consecuencia, debemos estar atentos a que el esfuerzo del ciudadano que ha querido promover el cambio no sea en vano y esta experiencia no vaya a convertirse en fuente de inmensa frustración.

Se enfatiza en la importancia de luchar contra la corrupción y la impunidad. Tanto la izquierda como la derecha honesta en dos orillas distintas, pero con un caudal de votos de acuerdo en no permitir más corrupción.

No más abuso de poder en el uso indebido de recursos, soborno y demás prácticas ilegales.

No más malversación de fondos ni apropiación indebida de dinero.

No más corruptos que se enriquezcan a expensas del erario.

Lo demás vendrá por añadidura. Los recursos alcanzarán cuando no haya quien se los robe.

¡Se les acabó la guachafita…!