Opinión
Colombia no solo los padece: un pueblo llamado Dolores en el suroriente del Tolima que también quiere un cambio histórico
Por: Héctor León Hernández Flórez (Jr)
Por otro de los senderos de lo que muchos han denominado la “Colombia profunda” nos encontramos con el municipio de Dolores (Tolima), la antigua capital cafetera del suroriente del Tolima, envejecida y templada villa típica de los pueblos tolimenses, con color a café y sus sacos regados en las calles para su secado. Enrojecida por ser uno de los bastiones liberales históricos del Tolima Grande, y sus insignes ilustres líderes liberales nacionales y regionales; paraíso de bosque tropical seco y vestigios ancestrales de arte rupestre. De los pueblos más antiguos de la región, refundado por sacerdotes en 1700; enverdecido enclave de la montaña oriental del sur del Tolima, parte del sistema protector del Bosque Galilea, ecosistema que lo vincula a la región del Sumapaz. Un pueblo abandonado tanto en tiempos de guerra como en tiempos de relativa paz.
La transición no se avizora. Desvinculado del sistema de reparación colectiva de víctimas, los gobiernos de turno pasan sin plantear soluciones estructurales, pero en medio de todo, la esperanza de su gente por un cambio real, un cambio por la vida digna y la democracia real, se mantiene ante la posibilidad de elegir un gobierno popular en Colombia. Este 29 de mayo de 2022 se presenta como un día crucial para ratificar el voto por Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez Mina.
En el poblado de Dolores donde se ha perpetuado una seguidilla de gobiernos con ideales, en esencia conservadores, en los últimos años bajo banderas como Cambio Radical, Partido de la U, e incluso el secuestrado Partido Liberal, entre otros partidos políticos que ofrecen más de lo mismo, se ha conformado un Comité liderado por jóvenes, profesores, campesinos y ambientalistas que viene haciendo pedagogía tanto en el casco urbano como en las veredas.
La consolidación de la política hegemónica local ha impedido a sus habitantes la posibilidad de soñar con un Dolores mejor de lo que se nos propone, tampoco se ha convocado a una verdadera construcción participativa de políticas públicas e incluyente de todos los sectores sociales que permita la priorización del gasto público, tanto como un cambio de paradigma en la administración local.
Mientras en el país se habla de una transicional política, nuestro municipio parece cada más relegado. No cuenta con vías de acceso, ni por Prado, ni por Alpujarra, ofreciéndose únicamente soluciones temporales o parciales.
Pese a vivir los horrores del conflicto armado, de este antiguo bastión liberal llamado Dolores ha quedado muy poco. Una de las peores consecuencias de la guerra en Dolores ha sido el establecimiento de verdades oficiales y únicas, la mentira, estigmatización, polarización y persecución del pensamiento diferente.
Si habláramos de la política pública en la actualidad, Dolores no quedó incluido en la lista de municipios PDET donde se adelantan programas de desarrollo con enfoque territorial. Tampoco es sujeto de reparación colectiva en tanto no figura dentro de los 170 municipios priorizados en el posconflicto. No hay claridad sobre el acceso del caso de la guerra y el conflicto armado en Dolores Tolima ante la Jurisdicción Especial para la Paz.
No obstante, emerge una sociedad civil activa compuesta por profesores, estudiantes, líderes ambientales, campesinos y campesinas, comunicadores populares, artistas, emprendedores y organizaciones de base dispuestas a hacer frente al abandono estatal, la violencia estructural, la estigmatización del pensamiento diferente y el negacionismo. Varios de estos actores apoyamos la candidatura de Petro y Francia con la posibilidad de soñar mucho más fuerte por Dolores, convocar a la población a pensar en su voto de manera consciente, lejos de mentiras mediáticas y estigmatizaciones.
En Dolores Tolima no se ven las grandes movilizaciones por parte del Pacto Histórico debido al miedo y silencio que han causado tanto las guerras bipartidistas como el conflicto armado. En parte, porque una gran porción de la población ha quedado relegada de los debates contemporáneos, la reconstrucción de la memoria histórica y la transición del país.
Por estas razones, se hace necesario plantear los principales desafíos del Pacto Histórico en Dolores, y los caminos para consolidar un movimiento con opción de poder como se ha visto en otros municipios, departamentos, y ahora a nivel nacional. Primero, siendo mayoría en el congreso y ahora, con la muy posible presidencia de Petro y Francia Márquez, para que Dolores, deje de padecerlos y solo haga honor a su matrona como al nombre de su imponente y moderna parroquia.
Héctor León Hernández Flórez (Jr)
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