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Carne de cañón

Carne de cañón

Detrás de las redes es muy fácil opinar acerca de lo que sí o no se debería hacer para mitigar los efectos de la pandemia, cualquier persona, al parecer, por medio de un dispositivo electrónico puede llegar a ser un Epidemiólogo, Economista, PhD Salud Pública o Sociólogo; mejor dicho, los expertos en Pandemia y Sociedad más que los mismos que ostentan el título.

Además, este opinómetro a conveniencia ha servido para identificar los posibles culpables de los picos de contagio.

Por un lado, afirman que es culpa de la irresponsabilidad ciudadana por no respetar las medidas, propiciando aglomeraciones y no efectuando el uso correcto del tapabocas. Por otro lado, tenemos a los que afirman que es culpa de los sectores económicos que violan los lineamientos para poder funcionar, e incluso otros, dicen que es responsabilidad del alcalde Andrés Hurtado por tomar medidas sin una estrategia y dando el mal ejemplo al viajar y participar en aglomeraciones (ya van 3 ocasiones en que lo “pillan” haciéndolo).

Pero la situación en cuestión es mucho más compleja, como todo cuando se trata del comportamiento de una sociedad, ya que, es cierto que algunos sectores han sido irresponsables con los lineamientos, también algunos ciudadanos que no cumplen con las medidas de bioseguridad; toda una discusión mientras los profesionales de la Salud, sin importar culpables, siguen ahí trabajando a dobles turnos para cubrir a sus compañeros que se contagiaron, llegando tarde a sus casas, agotados, y sirviendo de fieles “soldados” de una guerra que no es su culpa, como en toda guerra ciertamente. 

Sin embargo, por alguna razón las personas que discuten por quién es el responsable, olvidan que a pesar de que hay ciudadanos que salen y no se cuidan, también hay otros que viven del día a día para poder comer; a pesar de que si hay sectores de la economía que no respetan las medidas, es indispensable reconocer que existen otros que sí y dichas personas cuentan con las mismas necesidades para sustentar sus vidas.

Incluso olvidan que el Alcalde tomó decisiones de toques de queda, confinamiento y demás, aun así, siguen existiendo varios ciudadanos que no acatan ni respetan sus directrices. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué algunos sectores no respetan y otros sí? ¿Por qué otros no ven alternativas diferentes para comer sin salir a la calle? ¿Por qué hay personas que teniendo como quedarse en la casa, no lo hacen y se burla de las decisiones del Alcalde? Así de complejo funciona una sociedad.

Pero la sociedad se organiza de tal forma que logre funcionar lo más armoniosamente posible, indistintamente es quién lidera y determina las decisiones de dicha comunidad el referente de mayor marcaje para convivir y respetar las normas sociales, ¿Quién es ése líder?, el que elegimos cada 4 años, bien sea Alcalde, Gobernador o Presidente.

¿Qué significa esto?, significa que, si bien existen ciudadanos que respetan las medidas, por alguna razón los que no, no ven con seriedad las palabras de Andrés H (vaya a uno saber el por qué si tan “eficiente” ha sido). Por más que una familia que vive del día a día quiera respetar las normas, debe escoger entre aguantar hambre o salir a la calle, porque no hay quién le garantice una renta básica como fundamental prioridad por la pandemia.

E incluso, existen personas que se pueden quedar en casa y no lo hacen y desobedecen al Alcalde, porque… “el Andrés Hurtado nos encierra pero él se va de farra” o “dice que va a dar mercados pero por ahí le pillaron que cientos de ellos desaparecieron o los recibieron gente muerta” o también se escucha que “nuestro ‘querido’ Alcalde dice que se preocupa por los hambrientos, pero se compra camionetas y pinta innecesariamente la ciudad de azul”. 

Todo esto, absolutamente todo lo mencionado, no es más que el resultado de una falta enorme de liderazgo que se refleja en el comportamiento de los Ibaguereños, no hay quién tome en serio a alguien que la gente no lo aprecia como líder y nadie puede desconocer que la idoneidad en el liderazgo para tomar las riendas de una ciudad, inexorablemente repercute en la respuesta ciudadana, para bien o para mal.

No hay renta básica, no hay estrategia seria de mitigación, no hay control de fronteras, no se reforzó la red de salud, los profesionales de salud están escaseando como todo activo en guerra y tras de eso, nadie toma en serio a Andrés H.

La Carne de Cañón que enfrenta en primera línea la pandemia, los muertos que ponen los que quieren comer, y el político menos indicado para el momento con mayor exigencia. Esta es nuestra condena, ¡Dios nos ayude!


Andrés Felipe Barragán Torres
Columnista de Opinión

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