Columnistas
Los partidos políticos
por: Jorge Ancizar Cabrera Reyes
La democracia tiene que ver con las libertades a que tiene derecho los ciudadanos para tomar sus propias decisiones frente al Estado. Pero ello, debe hacerse a través de organizaciones representativas del pueblo de manera que no sean piezas sueltas dentro de un sistema, siempre y cuando se guarden los principios de respeto por las ideas.
Hasta hace poco los partidos políticos gozaban inequívocamente de toda la autonomía por su aproximación a lo histórico y a lo social. Hoy, las profundas experiencias ubican a la política en un esquema de des-actualización, han perdido tanto los políticos como la política; la centralidad de que gozaban hace algún tiempo, la concepción y la sociología del poder les ha cambiado.
"El poder ya no está en una sino en muchas partes", dice Luis Ignacio Sandoval en su ensayo sobre "La Paz, Recrea la Democracia"; y continúa diciendo "en este medio los partidos y movimientos políticos ya no son en la misma forma que antes, eslabones totalizantes de la relación entre Sociedad y Estado, el espacio perdido por los partidos, lo han ganado las organizaciones de la sociedad civil".
Aunque los partidos siguen teniendo vigencia, ya no son los únicos actores de los espacios de representación; de ellos se espera que traduzcan el deseo de los ciudadanos en las ideas necesarias para la transformación de la sociedad; "las organizaciones de la sociedad civil amplían sus posibilidades en la medida en que la democracia se hace más participativa, más local, más cotidiana y más social". De manera que aunque los partidos políticos no han perdido una vigencia total, si han perdido credibilidad; a pesar de ser espacios de concertación y de unificación de ideas dentro de un marco de las garantías sociales, como un derecho colectivo, en nuestro país se requiere la modernización y el fortalecimiento de los partidos políticos para que no se desdibuje la democratización que se pregona desde la juridicidad del Estado Social de Derecho.
Hemos avanzado a partir de la Constitución Política de 1991, hacia el fortalecimiento de la democracia, a través de la ampliación y de los mecanismos de participación ciudadana, como la expresión más significativa de que se está alcanzando un alto nivel de cultura política, de ahí que debemos defender la Constitución del 91. Aun así, los partidos políticos en su máxima esencia, siguen teniendo la responsabilidad de garantizar al ciudadano colombiano su acceso al poder político, para que sea sujeto proactivo de las transformaciones políticas y sociales que está requiriendo el país y nuestro desarrollo local y regional sostenible y sustentable para las presentes y futuras generaciones.
Ese desarrollo político se habrá de lograr el día que los partidos orienten a sus miembros a ser políticamente activos y comprometidos con el bien común. Es urgente la formación de un nuevo ciudadano pluralista, tolerante, respetuoso de los derechos humanos y de las libertades públicas, responsable y comprometido con la búsqueda de unos fines colectivos de progreso, justicia social, equidad y paz, y que la reconciliación nacional todos participemos en el postconflicto en el logro de las reivindicaciones políticas, sociales, ambientales, culturales, económicas y en el mejoramiento de la calidad de vida de todas y todos, con el fin de erradicar definitivamente la desigualdad, el hambre, la pobreza y la miseria.
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