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Una inducción de locos rumbo al lenguaje audiovisual
Por Germán Gómez Carvajal - Periodista-docente Unibagué
A mí me gusta escribir porque con ingenio y letras pongo aquí y mato allá. Retuerzo al mundo a mi antojo con el poder de un lápiz o una tecla. Si quiero que algún personaje enloquezca escribo "enloqueció" y listo. Enloquecido queda. A obra y gracia del poder del lenguaje escrito, al personaje, ¡he sabido chiflar!
Pero ojo, queridos estudiantes y asistentes a esta conferencia o lector amigo de El Cronista: El cine es otra cosa. Lo audiovisual necesita la composición visual del espacio, del tiempo y de la carne.
Si quieres un loco, debes conseguir a alguien con cara de loco, impartirle ademanes de loco, que mire como uno de ellos, que hable como ellos, es imprescindible entonces un señor actor que te encarne a ese loco.
Además de ese actor, debes conseguir a alguien que sepa manejar una cámara con cierta lógica de producción, un tipo astuto que sepa cerrar el plano cuando sea pertinente, que mire la lágrima de quien llora y no a quien le hizo llorar, que sea los ojos en el momento exacto, que la fuerza del relato se maximice en imágenes claras; que como dice el refrán: una imagen diga más que mil palabras.
La narración visual demanda movimientos de cámara, ángulos, planos, todos conexos al servicio de una historia.
Pero…Volvamos al loco: Vayamos a la pupila dilatada del loco, a las góticas de sudor en su frente, a su pulso tembleque, porque adivinen…ese indigente acalorado, nuestro loco, va rumbo a matar a otro hombre que lo ha ninguneado.
¿Y qué lleva en la mano?, pues contéstenme ustedes, ¿qué lleva en la mano? Vuelvo a preguntar, pues sí, lleva el loco una daga que atraviesa, una botella que lacera, una moneda que arroja, un palo que golpea, o una bicha que lo teletransporta.
Pero qué plano usarías para mostrar qué lleva…pensemos ¿cómo se ven esos momentos en las películas?, ¿cobra la fuerza necesaria la moneda o el palo, si el camarógrafo está enfatizando en mostrarnos el paisaje, al contrincante?, la cámara es los ojos del público.
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No en vano Tarantino en Kill Bill se empecinó en el primerísimo primer plano para evidenciar y exacerbar el odio de la protagonista en cada batalla, en cada muerte, en cada desventura. No en vano las escenas de buen sexo, se basan en el sudor de las pieles, en la transpiración de los poros, en el candor de dos almas que se frotan al calor del amor.
Ah bueno… y sumemos a todo este reto narrativo audiovisual, el movimiento de las cámaras: si el loco corre sin rumbo, yo lo mostraría en un plano cenital, que es como el ojo de dios nos vería desde el cielo, mostrando su andar sin propósito; pero si el loco viene a matar a otro personaje, lo muestro desde los ojos del que va a morir, para transmitir más pánico, más vértigo, más tensión.
Pensar en todos esos asuntos es ser un productor de videos, si el cine es llamado el séptimo arte no es porque sea el séptimo en aparecer, sino porque en él, se recogen todas las otras manifestaciones artísticas, ponle a tu video danza, pintura, escultura, música literatura y arquitectura.
Yo aquí a punta de letra, de labia, de texto, he podido recrear a un loco, a nuestro loco, en cada uno de ustedes se enunció un loco mientras leo, mientras les digo, mientras me leen, cada uno de ustedes se imaginó a su loco:
Le puso color de piel, textura a sus harapos, usted, si usted, se lo imaginó en shorts de dril con pegostres de pegante. Usted sí, usted, usted, se lo imaginó en jean azul oscuro.
Yo, por ejemplo, le puse heridas de otras guerras, raspaduras, carachas.
¿Cómo lleva el cabello tu loco?, ¿por dónde va a caminar?
¡Pilas, en la trampa!
¡Cuidado alguien pasa y le roba el protagonismo a tu loco!, la logística en las grabaciones es importante, no vaya a ser que tu loco, pase de loco a muerto, porque nadie del equipo previno que no era buena idea grabar en horas de la noche sobre una calle principal sin permisos adquiridos o por lo menos un paletero que pare el tráfico por rato, por ejemplo.
Queridos amigos, asistentes, lectores, los invitó a consolidar a su propio loco, a traer a ese loco a la pantalla, a convertirse usted mismo en loco, en transmitirle el reto a un amigo, a un hermano, a un desconocido. Vamos a crear, ¡entre locos nos entendemos ¡
Como soy maestro por vocación y mi reto siempre es enseñar, les traje un desafío: El reto es crear y grabar a tu propio loco, lo audiovisual nos permite ser dioses, si se nos antoja, nos da la licencia de armar mundos y a apagarlos como nos plazca.
No necesitas una gran cámara, solo gran imaginación y un celular. Bienvenidos a la exploración del lenguaje audiovisual, donde las letras y las ideas se hacen imagen, si tú quieres, desde casa.
La producción audiovisual no es para todos, es para los adelantados. Saber hacerlo no te quita, pero si te pone. Es necesario alfabetizarnos o videobetizarnos como adultos que leemos el contexto y sabemos por dónde viene el agua al molino, porque el futuro es ahora.
Les dejo mi correo por sí me quieren compartir sus experiencias o les gustaría ahondar en el tema: germangocarvajal@gmail.com, saludos.
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