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Ibagué: consumidor de pornografía

Ibagué: consumidor de pornografía
[LetraCapital letra="A"]ntes de comenzar a hablar, Roberto García* respiró profundamente, miró al cielo y expresó: “Este vicio es igual a consumir marihuana, bazuco o cocaína. Lo atrapa y lo esclaviza hasta acabarlo prácticamente”, se refiere a la pornografía, así de simple.

Roberto, fue consumido por la pornografía y lo único que pensaba era encerrarse en su cuarto con el computador para ver videos de porno y masturbarse, era prácticamente su estilo de vida. No era más su actividad.

Este hombre de 38 años, pelo crespo desordenado, uno 68 de estatura, 69 kilos de peso, padre de tres hijos, desde hace 10 años consume pornografía y hoy se encuentra en un proceso de recuperación de su adicción; por este desenfreno, perdió su hogar y el empleo. “Me encuentro en franca recuperación y esta terrible enfermedad no se la deseo ni a mi peor enemigo”, dice.

Agrega que dejar la pornografía de páginas y canales especializados por internet, le ha permitido restablecer significativas relaciones sociales y crear otras. “Comienzo a salir del infierno”, señala.

La suave brisa y el cantar o trinar de los pájaros del parque Centenario de Ibagué, se constituyen en aliciente para este hombre que desde hace seis meses, por decisión propia, cerró para siempre las ventanas de esta enfermedad secreta y silenciosa que afronta un considerable número de personas de todos los géneros, edades y condiciones sociales en la capital del Tolima.

Pero analizándolo bien, el caso de Roberto, es fiel reflejo de lo que ocurre en el mundo entero con la incursión y avance de las nuevas tecnologías de la información, donde una cantidad incontable de personas caen en las garras de este vicio que comienza con placer y curiosidad y poco a poco lo interna en una espesa maraña que ni Franz Kafka describiría. Es todo un laberinto infernal que atrapa a las personas hasta subyugarlas y dejarlas prácticamente sin posibilidad de actuar.

“Perdí 10 años, quizá lo mejor de mi vida en esta porquería y, hoy, nadie me responde y a nadie me puedo quejar, pero tampoco considero que lo he perdido todo, me quedó experiencia y si cuento esta parte de mi vida, muchos pueden aprender y no caer en el mismo error”, puntualiza Roberto.

Y en realidad, Roberto podría mirar el pasado y arrepentirse de lo sucedido en su crecimiento personal por culpa de la adición a la pornografía, pero ahora con optimismo piensa que le debe sacar provecho, levantarse de esa caída, voltear el pasado y seguir adelante.

Hoy, los planes de Roberto son distintos, ha comenzado a ser responsable y explotar su profesión de contador público, como ha recuperar a su familia y a sus hijos especialmente. Y aunque dice que tiene la suficiente fuerza espiritual para saldar su pasado, no le llama la atención llegar a ninguna iglesia en busca de ayuda. “Sigo pensando que la religión es un negocio y, que la mejor terapia que tengo, es haber reconocido mi enfermedad y tomar la decisión de salir del abismo, donde se pierde hasta el apetito sexual”.

Hasta ahora, no tiene planes distintos que recuperarse plenamente y luego si pensar en qué forma puede ayudar a personas con su mismo problema. “Primero me curo yo, y luego veo haber que puedo hacer los demás”.

Por el momento, el paciente de pornografía, no ha visitado a ningún médico ni psicólogo, porque considera que tiene las fuerzas y capacidad suficiente para salir del problema por sí solo, pero tampoco descarta la idea de ir algún día. Sin embargo, sostiene: “Yo me metí solo al infierno, por mis propios medios salgo de él”.

La experiencia de Roberto, es, de alguna manera, la misma historia de la era digital, donde cualquier persona por azar o buscando diversiones fuertes sexuales, hace clic en cualquier página y sin darse cuenta, cae en las tentaciones cibernéticas que son peores que las terrenales, aunque estas sean más perversas.

Un niño con una tablet corre peligro

pornografiaJuan Lozano, administrador de un sitio de internet en el centro de Ibagué, al referirse al riesgo y peligro que encarna la pornografía, casi que con palabras proféticas advierte: “Un niño de siete años con una tablet ya corre peligro de enviciarse si sus padres no lo controlan”.

Insiste que los padres son los principales responsables de saber que utilización le dan sus hijos al computador, la tablet o el celular. En los sitios de internet no tienen ningún acceso al control de programas de páginas pornográficas, simplemente cumplen con un requisito de fijar en lugar visible un aviso de advertencia sobre la prohibición a los menores de ver este tipo de portales pero no es más.

acuerdo prohibicion pornografiaSegún el conocedor del funcionamiento de los sitios de internet en Ibagué, señala que en los barrios es peor la situación puesto que en cada manzana o cuadra pueden existir hasta cinco puntos, la mayoría de ellos informales que no se someten a ningún control de las autoridades.

Una madre de familia, que accidentalmente se encontraba en el local, al escuchar nuestra conversación, tercio sobre el tema y corroboró lo dicho por Lozano, agregando que pese a su hija ser mayor de edad, ella había llevado el computador a la policía para que bloquearan todas las páginas pornográficas o portales sospechosos de inducir a la trata de personas. Y que allí, le habían prestado ese servicio.

“Ahora, tengo también el control del computador y también me entero de la utilización que le da mi hija”, puntualizó la madre de familia.

Estadísticas del tiempo de la pornografía     

Aunque viejas y desactualizadas, les tenemos estas asombrosas estadísticas del tiempo que inviertes las personas pasando por un sitio pornográfico, según el portal “Verdad y luz hoy”.

Cada segundo, tres mil 57 personas ingresan a un sitio pornográfico; cada segundo, 28 mil 258 usuarios de internet son expuestos a imágenes pornográficas; cada segundo, 372 usuarios están escribiendo mensajes de adultos en los motores de búsqueda; cada 39 minutos, un nuevo video porno está colgado en los Estados Unidos.

Los sitios más visitados en la web son los que ofrecen pornografía (más de de cinco millones) y la palabra más buscada en el internet es sexo.

La rentable industria de la pornografía

Cada día los ingresos por concepto de pornografía crecen a nivel mundial. Para nadie es un secreto que los Estado Unidos, Corea del Sur, Japón, y algunos países Asiáticos, encabezan la lista de consumidores de esta industria con cifras que superan los 145 mil millones de dólares anualmente, según informes diversos especializados.  

Se calcula que cada segundo, en el mundo, se gastan más de siete mil dólares en porno.

Entre los países latinoamericanos más consumidores de porno ocupa el primer lugar Brasil, que también lo produce por cantidades, México, Argentina y Nicaragua, pero Colombia no se queda atrás.

No más pensemos que en Ibagué, muchas de las parejas que van a los moteles, invierten más su tiempo viendo videos porno que haciendo el amor.

* Nombre cambiado a solicitud del entrevistado

Textos y fotos: Humberto Leyton

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