Era de esperarse que una aparición política en público y tal como la propició el pasado lunes el exsenador y exministro Alberto Santofimio Botero en el encuentro que se dio en el conocido tertuliadero ‘Le Petit Café’, ubicado en el centro de Ibagué, iba a alborotar el cotarro político nacional.  Hilando delgado, era presumible pensar que algunos estaban al acecho del momento de ese ‘papayazo’. Y la papaya fue servida.

Es evidente que con toda la experiencia, con todo lo que ha ocurrido alrededor de su nombre, sobre todo después de haber enfrentado una condena por el magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento, Alberto Santofimio sabe que por donde asome la cabeza va a encontrar una franja grande del país que no quiere saber nada de él.

Dicha situación se ha evidenciado tal cual, en esta coyuntura. Entonces, es cuando afloran las preguntas obligadas ¿Por qué exponerse? o ¿Por qué persistir en opinar en asuntos políticos, así tenga todo el derecho de hacerlo, si hay un sector de la sociedad que lo rechaza?

Otros van más allá, para decir que el exministro Santofimio comete el grave error de seguir inmiscuyéndose en la política del Tolima, cuando aquí desde hace rato se clama por la renovación y para el grueso de ese inconformismo, Santofimio representa la vieja política. En fin, es el exdirigente liberal y nadie más que él, quien tiene la respuesta a esas inquietudes.

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Proceder inexplicable

Lo que sí a todas luces, resulta inexplicable es que la candidata Adriana Magali Matiz no haya medido las consecuencias de lo que podría suceder al recibir un apoyo público del exsenador Santofimio.

“Si se pretende ser aire un aire fresco en la política no se puede llegar con esos apoyos que solo aportan opiniones negativas. Es lamentable que quien tuvo en una oportunidad más de 240.000 votos, se refugie en una cafetería para ofrecer apoyo, pero es más lamentable que la candidata acepte cualquier tipo de apoyo. Apoyos que a todas luces no son desinteresados”, opina alguien que en su momento fue un destacado líder conservador y que hoy apoya a la candidata Matiz.

En la respuesta al diario El Tiempo, la aspirante Matiz Vargas dice que no se trató de un acto público organizado por su campaña sino una casualidad. Asegura que ella llegó al local a tomarse un café y se encontró allí con varias figuras políticas, entre ellas Santofimio.

“Me senté a su lado, él habló (Santofimio) y dio unas declaraciones a título individual y yo lo escuché con respeto, como hago con todas las personas. Yo no soy quién para juzgar el pasado de una persona, no puedo responder por las acciones que él haya cometido en años anteriores y si él ahora quiere apoyar mis propuestas está en todo su derecho; pero reitero que el doctor Santofimio no forma parte oficial de mi campaña”, expresó la candidata Matiz a El Tiempo.

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Escándalo que empaña la imagen

Con respecto a esta respuesta, otra voz, también cercana a la campaña de la candidata Matiz, expresó que “La doctora Adriana Magali debe evitar este tipo de escándalos, que si bien no ponen en aprietos su inobjetable triunfo, porque así va a ser, si empañan su imagen ante el país como quedó demostrado. Ella es una mujer íntegra, transparente. La recomendación es que no se exponga y que escuché a los asesores, uno ve un poco de gente detrás de ella, entonces que alguien la alerte para que no cometa estos errores”.

Agregó que lo más lamentable es que “Santofimio es hoy un hombre que no tiene votos y que como consejero político es poco o nada lo que puede aportar hoy en día, lo que queremos de él es que escriba de literatura, de poesía, eso es algo que hace muy bien, además que así como es buen orador es un excelente escritor, pero como político hace rato se terminó su ciclo y de manera triste lo finalizó mal”, concluyó.

Con este episodio, lo que se evidenció una vez más es el poder de las redes sociales que se han convertido en un canal de comunicación que no dejan pasar nada inadvertido.