Opinión

Uso del Cannabis recreativo

Uso del Cannabis recreativo

Por Jesús Alberto Saavedra Barrios - Abogado, Esp en Derecho Administrativo.


A lo largo de los años, la discusión sobre los usos del Cannabis en Colombia, ha estado en el debate público por mucho tiempo y por lo que pueda representar en los momentos coyunturales del país, desde una visión histórica, cultural, política, económica y social.

Es decir, cada vez que hay perspectivas sobre alternativas de país, reaparece la controversia sobre la legalización de la marihuana, para el uso recreativo. Desde la óptica del progresismo social se proponen disyuntivas de solución frente a esta situación.

Por lo cual, entender el panorama frente a la reflexión que se pueda tomar como decisión final, respecto a este debate, generará opiniones, visiones y perspectivas desde todos los entornos sociales y los actores que lo comprenden. Evaluando las consecuencias de la determinación final, que en algún momento se pueda definir, es imprescindible no abrir la discusión, sobre la relevancia y el papel que juegan en el debate los jóvenes y la familia.

Tanto así que, por años, hemos comprendido, cómo el uso recreacional del Cannabis, ha sido la puerta para desencaminar sueños de muchos jóvenes en el país. Dañando ilusiones personales, arriesgando e invitando vidas al consumo de otros psicoactivos. Y poniendo en tela de juicio, lo que representa la familia como concepto en la defensa de los valores, las buenas personas y los principios.

Entonces. ¿Dar la posibilidad a la Cannabis de uso recreativo, puede afectar directamente la protección de los jóvenes y la defensa de la familia?

Por supuesto. Cualquier determinación final positiva, hacia la aprobación de la misma, será un problema para la protección de los jóvenes y la defensa de la familia, desde la perspectiva al daño que puede generar a la sociedad colombiana. Visto desde todas las ópticas, es decir, con un amplio impacto en lo cultural, en la convivencia ciudadana y en lo social, afectando el núcleo familiar y el futuro de los jóvenes en el país. Sin contar, el fortalecimiento que pueda tener el microtráfico y todo el entorno que rodea el negocio criminal que se lucra y se beneficia del mismo. Asediando, la protección de la juventud y el buen desarrollo de las familias colombianas.

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