Por Jesús Alberto Saavedra Barrios - Abogado. Esp en Derecho Administrativo.

La gobernabilidad y los asuntos de gobernanza, resultan ser la acción más importante en la intervención de las situaciones sociales en las comunidades, territorios o regiones.

De allí, se despliegan los mecanismos para la ejecución en torno a la inversión social y el bienestar. Por eso, entender la importancia de los gobiernos en la sociedad del hoy, nos permitirá no solo discernir de su capacidad de acción, sino también para evaluar su gestión como eje fundamental en la sociedad.

Ahora bien, cuando hablamos de gobernabilidad en nuestro país y más desde una mirada regional y puntualmente desde los territorios, entendemos que los actos de gobernanza, desde los próximos y nuevos gobiernos, deberán sustentar mecanismos orientados, no solo a la intervención social, si no a asumir los nuevos retos que demandan los territorios y las comunidades.

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Es decir, deberán dinamizar su campo de acción, entendiendo a través de los diagnósticos territoriales la demanda regional. Para así, fortalecer el bienestar de las comunidades desde un enfoque al desarrollo territorial.

Entonces. ¿Hacia dónde deben apuntar los nuevos gobiernos regionales?

Sabemos que cada vez estamos más cerca de las elecciones regionales. Por lo cual, más pronto tendremos nuevos gobiernos, durante los próximos años. Entonces, clarificar hacia donde deben apuntar los gobiernos, que resulten airosos en los eventos electorales regionales del próximo año, es de suma importancia, en la medida en que sus programas de gobierno, sean trasversales e integrales. Con un diagnostico hacia lo fundamental en los territorios.

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Con una mirada puntual, en aspectos a la consolidación de acciones en lo económico, promoviendo la generación del empleo, la disminución de la pobreza, el afianzamiento de la educación como motor integral y el desarrollo transversal para alcanzar buenos niveles de impacto en la consecución del bienestar social.

Por eso, mientras mejor sea el diagnóstico del territorio con una mirada fija y puntual, desde un enfoque sentado al desarrollismo, tendremos unos nuevos gobiernos regionales más sólidos. Y es allí, a donde debemos apuntarle.