Por: María del Mar Mejía Rojas

Recientemente, hemos venido observando cambios estructurales en la política del país y con ello un creciente “pánico económico” viendo como multinacionales realizan traslados de grandes sumas de dinero a bancos de otros países para no dejar sus activos en la banca colombiana, o cómo de un momento a otro el dólar incluso sobrepasó al euro. Y es que este no es un fenómeno netamente colombiano o latinoamericano, el mundo entero lo atraviesa, pero el nuevo presidente también afecta la economía, en tanto genera mucha incertidumbre, por supuesto sin yo ser de una corriente política u otra, es razonable que luego de varias de sus declaraciones en campaña no exista seguridad frente a la política económica del país.

Todo lo anterior, para comentar qué: Ibagué afronta varios retos, entre ellos, la disminución del desempleo o la aparición de nuevas empresas para que personas con profesiones no tradicionales también puedan quedarse y no sea la ciudad para venir de rumba y ya.

Desde hace años lo hemos dicho: Ibagué es muy lindo pero poco desarrollado. Milenials se la pasan diciendo “es mejor ir a Bogotá (u otras ciudades) porque al final hay más plazas” la gente es diferente y hay más opciones de estar en lo más desarrollado.

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No miento, cada vez que visito un nuevo lugar intento compararlo con Ibagué (las comparaciones son odiosas) pero pienso ¿por qué mi hermosa ciudad no puede estar mejor? La gente que se va de Ibagué y vuelve a los años dice: “increíble desde que me fui el mismo hueco está en el mismo lugar”. Tenemos un Museo del Arte del Tolima que poco expone, algo sensacional no hay, o ¿será que nuestra cultura y estilo de vida no nos lleva a ver qué hay? Empresas grandes no están, las mayores fuentes de empleo son las instituciones públicas a través de bien sea concurso de méritos o hacer política a través del político de turno.

Todo lo anterior dicho para que, teniendo en cuenta la coyuntura política del país y que ahora somos muy creyentes del “cambio”, en las siguientes elecciones le apostemos a un gobierno que efectivamente logre cambios para una ciudad que tanto lo necesita.

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Créanme, el alcalde de turno podrá mejorar las vías, realizar unas buenas fiestas, abrir el panóptico o mejorar las instituciones educativas, pero en realidad se trata de cambiar de pensamiento desde el más pequeño ciudadano para ELEGIR CORRECTAMENTE, para determinar y saber que en nuestras manos está que nuevas empresas vengan aquí, que hagamos valer la ubicación geográfica de nuestra ciudad, que seamos una potencia, créanme, Ibagué puede.

¿Piensas igual? Escríbeme: mariadelmarmejiarojas@gmail.com aquí algo tiene que cambiar y todo empieza por nosotros mismos