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Opinión

¡Mi casa está de fiesta!

¡Mi casa está de fiesta!

Por: Pipe Ferro
*Presidente Asamblea Departamental del Tolima


Durante estas festividades, Ibagué se convirtió en el epicentro de la cultura y la tradición, y fue un verdadero honor para todos nosotros ser parte de esta experiencia única.

Entre los eventos más destacados, quiero resaltar el Día del Sombrero Tolimense, una celebración en la que honramos una de nuestras prendas más emblemáticas. Los sombreros son mucho más que simples accesorios, son símbolos de identidad y tradición.

 Fue un verdadero placer ver cómo nuestros ciudadanos se vistieron con sus mejores galas, portando con orgullo nuestros hermosos sombreros y compartiendo su amor por la cultura tolimense.

Otro momento especial fue el Día del Tamal, una deliciosa tradición que deleitó nuestro paladar y nos transportó a tiempos pasados. ¡No hay nada como el sabor de un buen tamal tolimense! Este plato típico, lleno de ingredientes autóctonos y sabores únicos, nos invitó a reflexionar sobre la importancia de nuestras raíces gastronómicas y cómo estas nos definen como comunidad.

También es imprescindible mencionar el emblemático Día de la Lechona Tolimense, una tradición culinaria que ha conquistado paladares en todo el mundo. Esta deliciosa preparación, que destaca por su jugosidad y sabor inigualable, ha sido reconocida como el quinto mejor plato del mundo con cerdo.

Este manjar representa el resultado de la pasión y destreza de nuestros cocineros, quienes han sabido mantener viva esta receta ancestral y convertirla en un verdadero tesoro gastronómico. Es un orgullo poder celebrar y compartir la grandeza de la lechona Tolimense durante nuestras festividades, uniendo a las familias y deleitando los paladares de propios y visitantes por igual.

Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar el Día de la Achira Tolimense, una fecha que enorgullece mi corazón y que este año celebró su tercera edición con un éxito total. La Achira Tolimense, esa delicia culinaria que nace de nuestras tierras fértiles y nuestros agricultores incansables, fue exaltada y reconocida en todo su esplendor. Gracias a la Ordenanza 002 del 2021, de mi autoría, logramos consolidar este día como un espacio de encuentro y celebración, donde la achira se convirtió en la reina indiscutible.

Estas fiestas nos brindaron la oportunidad de unirnos como comunidad, de valorar nuestras tradiciones y de mostrarle al mundo la riqueza cultural que poseemos. Fue un momento para estrechar lazos de amistad y fraternidad, para recordar nuestras raíces y fomentar el respeto hacia nuestra diversidad cultural.

Durante el Festival Folclórico Colombiano, Ibagué se convirtió en un verdadero escenario de magia y alegría. Nuestras calles se llenaron de color y música, nuestros corazones se llenaron de entusiasmo y nuestros sueños se enaltecieron. 

Fue un momento en el que el Tolima se vistió de fiesta y mostró su esplendor al mundo entero.

Pero más allá de la diversión y el jolgorio, estas festividades tienen un significado más profundo. Son un recordatorio de nuestra identidad, de la importancia de preservar nuestras tradiciones y de promover el turismo cultural en nuestra región. Las fiestas de Ibagué son una oportunidad para mostrar al país y al mundo nuestra historia, nuestras costumbres y nuestra gente hospitalaria.

Además, estas celebraciones impulsan el desarrollo económico local, generando empleo y oportunidades para nuestros emprendedores y artistas. Durante estas fechas, la ciudad se llena de visitantes que disfrutan de nuestra gastronomía, artesanías y eventos culturales, lo que se traduce en beneficios para nuestra comunidad.

Que esta edición del Festival Folclórico Colombiano sea recordada como un hito en nuestra historia, como una muestra de nuestra capacidad de resiliencia y como un ejemplo de cómo el amor por nuestras tradiciones puede unirnos y fortalecernos como sociedad.

 ¡Viva Ibagué, viva el Tolima y viva nuestras fiestas!

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