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Opinión

Meditación en voz alta: La ira de los Negativistas frente al Gobierno Petro

Meditación en voz alta:  La ira de los Negativistas frente al Gobierno Petro

Por : Alberto Santofimio Botero


A raíz de la temprana y coincidente ira de los radicales que pretenden mantener a Colombia anclada en el pasado de la enfermiza polarización, he recordado la célebre respuesta de Jean Paul Sartre, al Premio Nobel de Literatura  Albert Camus con ocasión de la polémica desatada por la publicación de la obra : “El Hombre Rebelde”.

Desde su trono de la revista “ Les Temps Modernes “ el filósofo ídolo de la juventud de aquel tiempo manifestó, con aire de rotunda solemnidad: “Hay que aceptar muchas cosas si se quiere cambiar algunas".

En el bando de los negativistas radicales de ultra derecha, causaron desazón y sorpresa las primeras decisiones y acciones del Presidente electo Gustavo Petro. La convocatoria a un gran acuerdo Nacional en la práctica comenzó a mostrar en la realidad de que no se trataba de una entusiasta retórica de campaña, si no de una honda convicción política del Presidente electo.

El gesto Patriótico de reunirse con el expresidente Uribe, demostró grandeza y espíritu reconciliador.
En cualquier país  del mundo, que se reúna el  jefe del Gobierno, producto de las mayorías democráticas, con los voceros de la oposición, es un suceso normal y recurrente. En el caso colombiano  resultó excepcional y sorpresivo, por tratarse de dos actores de la vida pública envueltos en una encendida controversia, de más de veinte años llegando a extremos fuertes y desconcertantes.

La beligerancia opositora del Senador Petro, sus célebres debates, con graves acusaciones sobre Uribe, sus gobiernos y su círculo político y las enconadas respuestas del jefe del Centro Democrático, acusando a Petro de Castro Chavista y descalificándolo por haber pertenecido al M-19, ignorando estratégicamente el Acuerdo de Paz que con ese movimiento subversivo logró el gobierno de la época y la aprobación por el Congreso de la amnistía y el indulto que habilitaron a sus integrantes para el libre y legal ejercicio de la política.

Por todo lo anterior se creó  a los ojos de los colombianos un infranqueable muro de Berlín en lo
Político  y en lo personal entre estos dos personajes de la vida pública. De ahí lo novedoso y lo polémico del acontecimiento.

En los dos extremos  del negativismo se oyeron voces de malestar y desconcierto ante la sonriente fotografía de los dos  protagonistas practicando lo que nunca ha debido perderse en nuestra Patria, el diálogo decente, civilizado y patriótico.

A sí mismo, los negativistas esperaban alertas que el Presidente Petro se equivocara al informar a sus compatriotas de unas líneas precisas  de claro reformismo  democrático, como propósito esencial del nuevo Gobierno , enmarcado todo, en los principios fundamentales de lo que será a partir del 7 de agosto un nuevo y esperanzador periodo histórico de indispensables y profundos cambios, de grandes reformas, pero todo dentro del respeto absoluto a la Constitución, a la propiedad privada con el desarrollo moderno de su indispensable función social, con el respeto a los Derechos Humanos y a los derechos adquiridos legítimamente.Con prensa libre, no reelección presidencial, debate y deliberación de los proyectos en el Congreso, proponiendo y no imponiendo las reformas y los cambios prometidos por el Presidente electo en su campaña.

Con la serena y tranquila actitud del nuevo mandatario, con la claridad de sus exposiciones espantó, con firmeza el fantasma de las expropiaciones, de la cacareada ruina de las pensiones, del siniestro propósito de perpetuarse en el poder, en ademán autoritario y dictatorial pasando por encima de los pilares vigentes de la institucionalidad.

La tempestuosa leyenda negra creada con perfidia por los enceguecidos enemigos del Pacto Histórico y de su jefe, ha quedado derrotada por fuerza de todo cuanto el Presidente Petro ha anunciado y decidido con antelación a su posesión.

Sin embargo, los negativistas ultras pretenden que volvamos a la guerra del sí y el no sobre la paz en el gobierno del presidente Santos, cuando el empeño de la voluntad colectiva debe centrarse en avanzar firmemente hacia una paz total  sin exclusiones, como lo ha manifestado reiteradamente el nuevo canciller Dr Alvaro Leyva Durán.

Esta palpable realidad ha incomodado por igual a los negativistas de los dos bandos. Por ejemplo, el haberse rodeado en su futuro gabinete de figuras respetables, experimentadas, conocedoras de los temas que van a manejar  como Ocampo, Leyva, Cecilia López  y Patricia Ariza  entre otros. O la afortunada designación del expresidente de la Corte Constitucional, jurista excelso Luis Ernesto Vargas como nuevo Embajador ante la OEA, llevando allí vientos de democracia y respeto a los Derechos Humanos, frente a su bárbaro antecesor.

Los nuevos nombrados por su trayectoria, sus capacidades, sus conocimientos, su experiencia y también por su edad, prestarán un servicio patriótico encomiable, lejos de utilizar esos cargos como cuarteles burocráticos de partidos de garaje o como trampolines para ambiciones personalistas como ocurrió en el pasado con  conocidos funcionarios de anteriores gobiernos.

De un lado los negativistas aspiraban a que el gabinete estuviera compuesto por un frívolo kinder de primera línea, de improvisación como ocurrió en 1990 para poder criticarlo, y los del otro lado para sentirse así cabalmente representados en sus ilusas pretensiones. Como esto no sucedió estamos viendo en los medios de comunicación que atizan la eterna polarización las voces inconformes con la llegada al Gobierno de figuras que son garantía de ecuanimidad tranquilidad y sosiego  para los distintos sectores del País Nacional no comprometido con las taras, los odios, las venganzas y la irracional y ciega polarización que busca perpetuarse en contra del anhelo de paz, reconciliación, trabajo y progreso social de las grandes mayorías ciudadanas desprevenidas.

Será entonces un gabinete para el acuerdo, la reconciliación, el diálogo, la contradicción inteligente y no para consagrar la estéril perpetuidad de la guerra, la violencia, la desigualdad, la exclusión y la voraz concentración de la riqueza.

En las mayorías parlamentarias que se están formando en torno al Gobierno hay desde luego, unos por afinidad  ideológica, y otros por oportunismo. Veremos quienes al final queden en la independencia o en la oposición. Sería muy triste para nuestra democracia que como fatal herencia del espíritu Frentenacionalista, todos los políticos pretendieran haber ganado al lado del Presidente Petro, cuando muchos de ellos fueron derrotados y perdieron llegando en la campaña al extremo de injuriar y calumniar al nuevo mandatario y descalificar severamente su programa reformista.

Lo ideal sería tener en la práctica un sólido partido de Gobierno en torno de las ideas reformistas y de progreso social del régimen que se inicia y no dejar el ejercicio del disenso y la oposición parlamentaria exclusivamente al Centro Democrático del expresidente Uribe, y de las curules del senado y cámara que en virtud del estatuto de la oposición deberán ejercer los candidatos a la presidencia y la vicepresidencia que ocuparon el segundo lugar en la contienda.

Esto en cuanto a los debates Parlamentarios. Veremos si el reformismo social y democrático logra consolidar las  mayorías  suficientes que busca tener en el Congreso a partir del 20 de julio. Si esto no llegare a ocurrir, abierto está el camino para una constituyente del cambio y la reconciliación.

Con todo debemos mirar el futuro con moderado optimismo, independencia y firme esperanza. Como lo dijimos al comienzo, el Presidente Petro, el Congreso y el país deberán entender con la frase de Jean Paul Sartre :”Hay que aceptar muchas cosas si se quiere cambiar algunas .”Porque así es la democracia .

ExMinistro de Estado, ExSenador de la República. - Villa de Leyva,Julio 10  de 2022.

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