El 24 de agosto del 79 D.C, (Siglo I), el volcán monte Vesubio sepultó a los habitantes de la ciudad romana de Pompeya.

Hoy, en la ciudad de Nápoles, Italia, una de las actividades turísticas que más demanda tiene, es la excursión a Pompeya y el Vesubio. En ese viaje, los visitantes tienen la oportunidad de conocer toda la historia alrededor de este hecho. En la visita, los turistas encuentran los edificios hallados en las excavaciones a partir del siglo XVIII.

Reseñar este suceso de tiempos inmemoriales tiene su justificación ahora que Armero acaba de cumplir este 13 de noviembre, 34 años de su desaparición, y aún no se cristaliza una propuesta que proyecte   convertir las ruinas de Armero en un gran museo. Se divaga mucho.

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Es poco o nada lo que se ha avanzado en recuperación de la memoria de Armero. Lo que se ha logrado, ha sido gracias a la tesonera y encomiable labor emprendida por un armerita, que en solitario y con las uñas, hace un esfuerzo por mantener y preservar la esencia de lo que fue y significó Armero. Gracias Hernán Darío Nova.

Ya es hora que allí exista un parque temático para la vida, para la cultura de la prevención, para mantener viva la esencia de los armeritas.

Las ruinas de Armero que deberían protegerse como un preciado tesoro, en la actualidad corren riesgo de desaparecer. La maleza las devora. Permitir que esto ocurra, es acabar con uno de los testimonios valiosos. Por eso hay que conservar esas ruinas, Alcalde electo de Armero Guayabal.

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Se estima que diariamente en promedio llegan a Armero entre 10 y 20 turistas, y por supuesto en ese grupo hay extranjeros. Y no llegan  atraídos por una estrategia turística gubernamental. Llegan allí por iniciativa propia, cautivados porque la dimensión de la tragedia está latente, y quieren estar en el sitio donde ocurrió, conocer esa población que de tajo en una sola noche perdió a 25.000 de sus habitantes y arrasó por completó lo que sería hoy en día una ciudad intermedia próspera.

A propósito, lo primero que deberían hacer los alcaldes electos de Honda, Mariquita, Armero, Falan, Ambalema, Líbano y Murillo sería en equipo construir una visión integral desde el norte del Tolima, como una zona con un alto potencial turístico. El alcalde electo de Mariquita ha venido planteando una estrategia en esa dirección.