Por Santiago Zamora - Politólogo y Especialista en Gobierno.

Entender los entornos que rodean la gobernanza nacional, nos permite comprender la condición social en los territorios. Por eso, analizar la interrelación estructural entre la ciudadanía, el Estado y los aspectos económicos del país, nos abrirá la puerta para concebir cómo las acciones direccionadas desde la gobernanza nacional hacia los territorios, dependen puntualmente de lo determinante y profundas que puedan ser las variables vertebrales que puedan incidir en la correlación de lo que se pretende dentro de la gobernanza.

Es decir; cualquier movimiento por pequeño que sea, desde el gobierno, afectara versátilmente positiva o negativamente el escenario social y económico del país, desde un enfoque territorial hacia las regiones.

Por eso, al revisar la condición del hoy en el territorio nacional, concebimos la idea desde la perspectiva, de que gran cantidad de las acciones que se promueven desde la gobernanza en el país, no son perpetradas desde la visión, de lo que demanda integralmente la sociedad del hoy. Por lo cual, las decisiones, opiniones e ideas, parecieran favorecer la incertidumbre, la especulación y el miedo en la planificación a futuro del desarrollo social en el país.

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Entonces. ¿Es el momento de repensar la gobernanza en el país?

Por supuesto, la gobernanza no debe limitarse solo a lo proyectado principalmente y sobre lo presupuestado, sino, por el contrario, deberá promover desde la sinergia entre ciudadanía, Estado y la relación económica. Escenarios con una percepción de la realidad de los territorios, para entender cómo desde la misma, se puede planificar sobre lo real, sobre lo que demanda el presente y sobre lo que puede potenciar y mejorar la condición del hoy, en el país.

De tal manera, que no podemos centrarnos en ideas populistas, poco programáticas y sin contexto situacional del enfoque del país que tenemos, porque consigo, ante propuestas de gobernanza poco edificadas sobre lo material, se promoverá la incertidumbre, la especulación y lo más preocupante, la desaceleración social en el territorio nacional y en las regiones.