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Opinión

El futbol femenino colombiano como potencia mundial

El futbol femenino colombiano como potencia mundial

Por: Juan José Hernández Cardozo.


Clasificadas a los juegos olímpicos 2024, a la copa del mundo de Australia/Nueva Zelanda 2023, y una excelente representación en la final de la Copa América, es el saldo de participación de nuestras chicas. Gran labor tanto del director técnico Nelson Abadía, asistente técnico, preparador físico, médicos y por supuesto las jugadoras.

Una copa América que dejó ver al rojo vivo el incremento de apoyo al futbol femenino. En cada una de las sedes se respiraba el ambiente futbolero; Armenia (Estadio Centenario), Bucaramanga (Alfonso López), Cali (Estadio Pascual Guerrero).  En Bucaramanga se vivió el apoyo a la selección en la final. Recordemos que la final no se puedo realizar en Cali por el mundial de atletismo sub-20.

Resaltaré también la participación de la selección Colombia Sub-20 en la Copa Mundial Femenina Sub-20 celebrada en Costa Rica. Selección que se midió contra las potencias en este deporte. Sin miedo, con verraquera y hacia adelante como nos caracterizamos los colombianos. Lastimosamente, cayeron derrotadas nuevamente contra Brasil. Hay talento para ganarle a cualquiera.

Es satisfactorio ver como los aficionados empiezan a interesarse cada vez más por el fútbol femenino. Ya no se desprecia ni se mira por debajo del hombro, ahora se vive, se disfruta y se celebra. La sociedad ha ido evolucionando, se ha dejado esa idea de que “las mujeres no pueden jugar al fútbol”.      

Acá es donde entra el dilema, ¿qué pasa con el futbol femenino en Colombia? ¿Qué hacen los directivos para cerrar esta brecha desigual en el deporte, acaso hacen algo? Sin duda alguna las jugadoras nos han dado gran cantidad de alegrías en los últimos años. Tanto a nivel nacional como internacional se ha visto un incremento notorio en la calidad de futbol que se presenta.

Recordemos que, en el año 2018, el equipo femenino del Atlético Huila consiguió la Copa Libertadores, dirigido por Albeiro Erazo y que llenó de felicidad a cada una de las personas que les gusta ver rodar la pelota en un campo. Además, las participaciones destacadas de Santa Fe y América de Cali. Un fútbol lleno de talento, pero con ausencia de gestión y lo más importante, sin financiación.

En el 2017 fue donde empezó a realizarse la liga de fútbol femenino. Con el fin de hacer más competitivo el torneo, la Dimayor exigió a todos los clubes del campeonato masculino constituir un equipo femenino. Esta idea entró positivamente en la sociedad, pero ¿en realidad la Dimayor y la Federación apoyan el fútbol femenino en Colombia?

La liga femenina no cuenta con un respaldo económico consolidado. Un jugador en promedio recibe entre $4 a 10 millones de pesos, como mínimo, estipulados en su contrario laboral. Por el otro lado, las jugadoras escasamente llegan a los $5 millones de pesos.

De promesa en promesa se la pasan los dirigentes y reguladores del fútbol en Colombia.  Con el pasar de los años cada torneo es más corto, con la excusa que no hay dinero y que la situación actual no es la mejor, o simplemente no se realiza. Usando el futbol como negocio rentable y no como espectáculo.

El futbol femenino viene de picada desde hace años, a pesar de darnos alegrías las jugadoras reciben salarios injustos, premios inhumanos y poco patrocinio. Para las directivas de los clubes, el futbol femenino se ha convertido en un esfuerzo económico impensado. Todo con tal de tener a un equipo profesional en sus filas.

De donde dicen que no hay dinero para una liga femenina, si los salarios que se ganan en la federación son ridículamente altos. Es increíble que se hagan contratos a corta duración, pero no solo de las jugadoras, también están los médicos, técnico, preparados físicos, entre otros.

Los cuerpos técnicos hacen magia para preparar a las deportistas en el poco tiempo que se les da y las jugadoras saltan al campo a representar a la institución, incluso cuando no se les paga como se merecen.

En Colombia se necesita una liga profesional femenina bien estipulada, organizada y lo más importante con igualdad. Donde los patrocinadores entre a jugar un rol relevante para poder mostrar sus marcas y vender sus productos y generar ingresos a los equipos. Porque de asistencia a los estadios no se pagan salarios.

Dejen las excusas al lado Dimayor, clubes y Federación. Dejen de desangrar al futbol femenino. Colombia desde hace rato podría ser potencia mundial en el deporte, si tan solo se le invirtiera como se lo merecen. Ya es hora de dar el golpe sobre la mesa, las grandes jugadoras prefieren ir a jugar internacionalmente que permanecer en el torneo local, todo con el fin de tener mejores ingresos y darse un futuro mejor.

O paramos esto de una vez por todas o el futbol femenino va a morir en Colombia. Nuestras mujeres están llenas de talento, condiciones, ganas, trabajo y tienen todo para brillar, pero si no se brinda una mano desde arriba no se podrá hacer absolutamente nada.

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