Por: Pipe Ferro – Diputado del Tolima

El pasado mes de octubre, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) arrojó cifras alarmantes de desempleo para la capital musical de Colombia.

En la lista de desempleo nacional, Ibagué es la segunda ciudad con más desempleo con el 17,5% y la tercera en desempleo juvenil en el país con el 26%, demostrando que no se toman acciones frente a ello y los índices van en aumento.

Son cada vez más los jóvenes ibaguereños sin la posibilidad de un empleo, en su mayoría estudiantes, que se topan con un mundo laboral en una ciudad donde el único “trabajo” es realizar unas prácticas o pasantías para la suma de experiencia laboral, pero estas, sin ninguna retribución económica o continuidad en sus empresas.

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Por ese motivo, es clara y urgente la necesidad de soluciones encaminadas con la fomentación de la cultura del emprendimiento y su fortalecimiento para la sostenibilidad del tejido empresarial local y regional, esto aprovechando los beneficios de leyes como la 1014 de 2006, la cual  promueve el vínculo, entre el sistema educativo y el sistema productivo, asigna recursos públicos para el apoyo a las redes de emprendimiento y genera condiciones para que en las regiones surjan  fondos de inversionistas ángeles.

Adicionalmente también está la Ley 2069 de 2020 la cual brinda beneficios, estrategias y facilidades para los emprendedores, pues se busca reducir las cargas impuestas a los empresarios y facilitar los trámites que se requieren para la creación y formalización de nuevos emprendimientos, además, se crean facilidades de acceso a instrumentos financieros.

A lo anterior también debemos sumarle la política nacional de emprendimiento, la cual crea un marco normativo moderno que permite mejorar el acceso a mecanismos de financiamiento para apoyar los emprendimientos en sus diferentes etapas,  fortaleciendo las redes y las estrategias de comercialización para facilitar el intercambio de experiencias,y además y muy importante, ayuda a un mejor acceso a mercados en el orden nacional e internacional, mejorando el desarrollo tecnológico y la innovación en los emprendimientos.

Herramientas para el emprendimiento existen, ahora lo que se necesita es que se utilicen de manera efectiva, y ahí entra la administración local y regional, donde se debe tener una verdadera voluntad de impulsar y apoyar las iniciativas de miles de jóvenes de la ciudad que aún no conocen de todos estos beneficios que brinda la ley.

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Entonces, el llamado es a la administración municipal, que se pase de los anuncios y publicaciones a las acciones, ir a los barrios y buscar a los jóvenes, porque es allá desde el territorio donde se empiezan los verdaderos cambios, y no desde los escritorios o con la publicación de resoluciones o decretos.

En Ibagué sobra talento y ganas, por eso es primordial identificarlos y apoyarlos, porque el emprendimiento permite el desarrollo personal con la creación de empresa, incremento de productividad en negocios propios, la ampliación de conocimiento y mejores posibilidades económicas.

No tengo duda que los jóvenes ibaguereños pueden crear empresa y generar empleo, no pueden quedarse esperando una llamada de aceptación laboral, deben arriesgarse creer en sí mismos y vencer esa resistencia o incertidumbre que genera emprender.

Pero también, y no menos importante es que los jóvenes que inicien un emprendimiento deben tener un acompañamiento decido por parte del Estado y así poder garantizar el éxito y la sostenibilidad de estas iniciativas al mediano y largo plazo. Si Ibagué quiere salir de los deshonrosos últimos lugares en materia de desempleo, ¡el camino es el emprendimiento!.